Retorno al pacifismo

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Hoy, más que nunca, debemos volver nuestra mirada hacia el “pacifismo”; como arma de “no violencia”, y como fuerza vinculante para tomar las decisiones que hoy requiere el país, el cual, está sumergido en un escenario de luces y de sombras, que nublan la razón, y vulneran la libertad para discernir, sin presiones doctrinaleso idearios políticos o pasiones desmedidas; elegir lo que más conviene al país, en un acto de conciencia plena, para el beneficio de todos, en unidad e identidad.

Debemos guiarnos por el “pacifismo”, el cual nos ofrece su calidad moral o social, en el reconocimiento que la sociedad otorga a lo “admisible” o lo “censurable”; con independencia absoluta, de lo que sea “aceptado” o “prohibido”, por una autoridad, jefe político o mandato legal.

Retorno a la historia… el mayor triunfo político registrado como Revolución independentista en el siglo XX, nos permite entender que hay victorias ganadas con las armas de la “No Violencia”, como sucedió en la lucha contra el racismo, y más de 3 siglos de colonización inglesa; victoria ganada por el llamado Padre de la Independencia de la India “Mahatman Gandhi”; al reclamar el autogobierno para su país.

“Antes que presenciar indefenso la destrucción de la India, la muerte sería para mí, una liberación”, – aseguró.

Su ejemplo fue seguido por personajes tan reconocidos como Martin Luther King y Nelson Mandela, líderes que renunciaron a la “lucha armada”, izando el pabellón del movimiento “Pacifista”, comprometiendo en las calles y de forma espontánea, la búsqueda de la paz, a través, de la “No Violencia”.

Siguiendo la línea histórica, sucedió en la naciente República de Colombia en el siglo XIX, con la victoria de la “Batalla de Boyacá” (7 de agosto de 1.819), lo cual nos permite registrar un acontecimiento de gran importancia histórica, el encuentro de “reconciliación” entre Simón Bolívar y Pablo Murillo, nombrado por Fernando VII para reprimir y sojuzgar a los rebeldes, dando comienzo al “Régimen del Terror”.

Con la “Victoria de Boyacá” se había ganado una batalla, pero seguía una guerra de exterminio, esto condujo al general Murillo solicitar reiteradamente al Libertador la posibilidad de Acuerdos o negociaciones, que les facilitara llegar a un “Proceso de Paz”.

Se cruzaron oficios hasta firmar el armisticio conocido como “Tregua de Trujillo” y un Tratado de Regulación de la guerra, que proponía acabar con la guerra de exterminio.

Aceptado y firmado este documento, se concertó para el 27 de noviembre de 1.820 una reunión en “Santa Ana”. Ese día Murillo salió hasta la entrada del pueblo a recibirlo, se unieron en un estrecho abrazo, y luego compartieron una sencilla comida militar. Terminaron deseando……

“que una Paz honrosa, funde para siempre las relaciones entre Colombia y la Monarquía Española”.

De este hecho se cumplen casi 2 siglos; ahora en el siglo XXI en circunstancias parecidas, se quiere negar un “Acuerdo de Paz”…

Credito
EL NUEVO DÍA

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