Equilibrador social

María Yolanda Jaramillo G.

Uno de los indicadores políticos importantes para empezar a obtener una estabilización, igualdad y armonía social es la “Descentralización del Estado y Democracia Local”.

Desde épocas pasadas, el Estado ha tenido el control central sobre todos los procesos de la administración, y los estamentos especiales del Estado. Siempre el Ejecutivo se impone a la organización y administración dada por la Democracia formal, a través, del sufragio universal; todo esto conlleva, a la formación de clases políticas y de una burocracia habituada a privilegiar el proceso centralizador.

La historia nos permite conocer ciertas bondades del centralismo, como la tecnificación de la Administración Pública, y el desarrollo del Estado de Derecho, lo cual, facilita el establecimiento de la Democracia formal. Actualmente el proceso de Centralización es considerado como un obstáculo para el desarrollo de la participación popular y los movimientos sociales.

Según análisis de carácter histórico - político de la experiencia europea, nos permite una aproximación de reflexión de los factores dados para América Latina, como son: la exclusión de la clase popular del poder económico, y su escasa influencia sobre la burocracia, lo cual, impide actuar desde una perspectiva de “cambio”, que permita garantizar una Democracia que realmente sirva a los intereses de la colectividad.

Si retomamos el análisis a lo local, constatamos que el desarrollo Urbano, está íntimamente ligado a la evolución socioeconómica, política y cultural de una región. Conocemos muchos intentos por superar la crisis urbana; dicha crisis, no es el resultado del “subdesarrollo” sino, la consecuencia de un modelo específico de “desarrollo”; es así, como en un modelo de desarrollo económico donde se moderniza el Agro (como ahora en el post-conflicto), sin crear fuentes alternativas de trabajo, propician un flujo migratorio, que eleva el ritmo de crecimiento urbano, lo que conlleva a crear asentamientos urbanos no controlados, en donde no existe una infraestructura de servicios, creándose los “cinturones de miseria” que reflejan un Estado en donde existe un gran desequilibrio en la distribución de la riqueza, el uso y acceso social espacial y de empleo.

Afortunadamente varios de los movimientos sociales en América Latina, han generado conciencia ciudadana, en la demanda de suelo, vivienda y servicios, pero no logran asumir un papel de “Protagonistas Políticos”, que permitan ser instrumentos directos de las soluciones.

Para abordar el problema, según mi propio criterio, es necesario tener en cuenta lo siguiente: la Descentralización debe girar alrededor de un gran consenso social y cultural; debe existir un proceso de reorganización político - administrativo, que modifique las estructuras tradicionales, en cuanto a competencias, recursos y mecanismos de representación y participación; así mismo, una gran voluntad para aceptar la diversidad, la experimentación y la innovación.

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