Arquidiócesis de Ibagué extiende fe a Colombia

María Yolanda Jaramillo G.

“La iglesia debe verse como un árbol, que aún debe dar sus mejores frutos”.

Ibagué tuvo el honor de extender su fe a Colombia, en su consagración a la protección y custodia de “San José”, a través, de la gran convocatoria de experiencia de fe. Evento Cristiano Católico “San José en la vida de la iglesia” liderado por monseñor Flavio Calle Zapata, realizado en mayo 3, 4 y 5 de 2018.

La Arquidiócesis de Ibagué empezó a dar uno de sus mejores frutos “la espiritualidad cimentada en la devoción de San José”, consagrado como “Patrón Universal de la Iglesia”. San José tuvo el privilegio, de ser santificado antes de su nacimiento; cuando vino al mundo su padre Jacob el día de su circuncisión, le dio el nombre de José que significa “engrandecimiento”, es decir colmado de gracia desde el primer instante de su vida; él nacía preparado para el sublime misterio que debía de ejercer con Jesús, María y la Iglesia.

Este inmenso tesoro de gracias fue expresado en las escrituras al llamarlo “Justo”, entre las grandes figuras de la Antigua Alianza comenzando por Abraham el justo; según Benedicto XVI Salmo 1, ofrece la imagen clásica del justo que es el retrato de la figura espiritual de San José “un hombre que vive en intenso contacto con la palabra de Dios, que su gozo está en la ley del Señor: es como un árbol que plantado junto a los causes del agua, da siempre fruto” (los causes de agua, es la palabra viva de Dios, en los que el justo hunde las raíces de su existencia).

José y María habían acordado hacer sus promesas de virginidad, lo cual, estaba en el “Plan de Dios”, el ángel Gabriel, que va a una ciudad desconocida, a una casa humilde, donde habita una joven sencilla, que recibe el saludo … tendrás un hijo no nacido de sangre, ni de amor carnal, sino de Dios. Es una clara referencia a la concepción y el nacimiento virginal de Jesús, desde ese momento el espíritu de infancia de Jesús, se hace uno solo con el espíritu de San José. Fueron casi 30 años en el hogar de Nazaret como custodio de la familia.

Este año el espíritu de San José se consagra en la Liturgia resaltando el 19 de marzo de cada año cuando se conmemora su muerte, y el 1 de mayo se exalta a San José Obrero, con el cual se santifica el trabajo.

Los Cristianos Católicos encontramos en San José, el mediador más importante, cuando se reconoce la necesidad de un “Renacimiento espiritual”, del clero, congregaciones religiosas, y apostolado secular; que den renovada vitalidad a su labor pastoral, iniciando así: “Una Nueva Primavera de la Iglesia” como lo manifestaba su santidad Juan XXIII.

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