9 de Junio, evocación de la catolicidad de la fe

María Yolanda Jaramillo G.

El próximo domingo 9 de Junio, la iglesia Católica renueva el gran acontecimiento que tiene lugar el día de Pentecostés, la venida del Espíritu Santo. La comunidad ese día evoca “La Unión y la Fe”, proclamada por el Papa San Juan XXIII en el Concilio Vaticano II “Consumada la obra que el Padre, encomendó realizar al Hijo sobre la tierra”, fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés, a fin de santificar indefinidamente a la iglesia”.

La acción iluminadora del Espíritu Santo en los apóstoles, se hizo realidad en el día de Pentecostés; se constata la claridad de sus palabras y sus escritos; cuanto antes les costaba mucho entender lo que Jesús manifestaba en su vida pública. Por ejemplo, lo estudiosos del evangelio de San Juan reconocen en él su gran iluminación y claridad para demostrar que Jesús es tanto el Cristo (mesías) prometido por la escritura, como el hijo de Dios, que nacido del Padre, ha vuelto al Padre.

La liturgia de la iglesia, nos dice que el Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en el evangelio “yo rogare al Padre y les dará otro protector que permanecerá siempre con ustedes el espíritu de verdad a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce” (Juan 14, 16-17).

En relación con la historia, Constantino fue uno de los emperadores del Imperio Romano quien legalizó el Cristianismo al ascender al trono, con el edicto de Milán, él estuvo de acuerdo porque creía en un solo Dios; igual un solo emperador, pero muchos Cristianos creían que Jesús era un hombre adoptado por Dios como su hijo y que recibió la condición divina cuando fue bautizado en el Jordán.

Para aclarar estas y otras diferencias convocó a un Concilio en la ciudad de Nicea, allí se declaró que el hijo Jesucristo era de la misma sustancia que el Padre Dios. La idea se basaba en los escritos de uno de los teólogos cristianos más ilustres “Tertuliano de Cartago”, que había recurrido a los filósofos griegos de la antigüedad. Él creía que esa sustancia divina había adoptado la forma de tres seres distintos; El Padre (Yahvé) el hijo (Jesucristo) y el Espíritu Santo (el alma divina de Dios en el mundo). Tertuliano acuñó una nueva palabra, para describir esta idea Teológica Innovadora Trinitas o Trinidad. Al final de todas estas reflexiones Teológicas la última palabra fue de San Agustín de Hipona, quien dijo: “Dios es uno, Dios es eterno e inmutable. Pero aunque eso sea cierto, existe en tres formas, padre, hijo y espíritu santo, que comparten la misma medida de divinidad”. (Reza Aslan, Dios una historia humana). Sólo en la respuesta a nuestra fe, esta la verdad.

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