El tricolor nacional – 7 de Agosto

María Yolanda Jaramillo G.

¿Qué podemos decir hoy, cuando el próximo 7 de Agosto se cumplen 200 años de la batalla de independencia de 1819?... cuando el Estado ha propiciado una política nefasta sobre la “memoria y el olvido” en las aulas escolares, es la indiferencia ante la historiografía, el análisis e interpretación de los hechos humanos, a través, del tiempo y de su espacio geográfico.

La memoria es patrimonio colectivo y de obligatorio derecho, de quienes se forman en los escenarios de educación y cultura. Nuestra historia es digna de los tiempos heroicos que en ella se gestaron. La confrontación que tuvo lugar en los Llanos en la provincia de Casanare (Arauca, Meta, Vichada, Guaviare, Capital Pore), este extenso territorio se unía con los Llanos venezolanos, conformando una parte muy importante de la Nueva Granada, porque su abastecimiento cubría a medio país.

En los inicios de la confrontación militar (1817-1818) el General Santander fue enviado como comandante militar a esta provincia; contaba con 100 llaneros en la caballería, 130 infantes y 1.000 caballos disgregados en el sector, con ellos, le tocó formar un ejército (enseñar el uso de las armas y demás ejercicios militares), había necesidad de reclutar, la mayoría lo hacía voluntariamente y generalmente eran patriotas del altiplano, los cuales se sentían inermes, carecían de la rudeza del hombre del Llano y de sus hábitos, sólo podían alimentarse de carne sin salar y agua, caminaban descalzos.

Santander escribió: “los caballos y el ganado se tomaban donde los encontraran (como bienes comunes) el que tenía vestido lo usaba, el que no, montaba desnudo su caballo con la esperanza de adquirir un vestido en el próximo encuentro con el enemigo, todos estaban obligados a pelear era una guerra a muerte”.

El Ejército Español le tenía temor a la fiereza del llanero, evitaba enfrentarlo directamente, incursionaba en el Llano arrasando trapiches, sementeras, cañaverales, etc. Pablo Murillo escribió: “todo es sangre, destrucción y horrores, entre montones de cadáveres que resultan de cada acción, ganada o perdida”. Los llaneros se convirtieron en la primera fuerza del posterior triunfo en Boyacá, para ellos, fue un acto heroico cruzar el páramo de Pisba, acostumbrados a vadear corrientosos ríos y a domar caballos salvajes bajo el ardiente sol; ahora morían de frío en la heladas cumbres.

El 25 de Julio se enfrentan en el Pantano de Vargas, estaban derrotados, Bolívar acudió a Juan José Rondón, coronel salve usted la patria. Con 14 valientes llaneros se obtuvo la victoria, se perdieron muchas vidas entre ellos el coronel Jaime Rooke e Inocencio Chincá. Pero la victoria final la obtendría quien tomara la delantera a Tunja, la estrategia de Bolívar lo permitió; en dos horas de combate se ganó con mínimas bajas; eran las 4 de la tarde del día 7 de agosto de 1819…

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