Más allá de lo que vemos…

María Yolanda Jaramillo G.

A lo largo de todos los tiempos hemos conocido calamidades que siempre se han manifestado; no importa el siglo por el cual la humanidad pase, sabemos que murieron millones de personas a causa del hambre, las epidemias y la violencia. Afortunadamente conocemos que el hambre, las epidemias y la violencia van disminuyendo, porque la humanidad ya sabe como enfrentarlas, por ejemplo:

El brote del ébola en África Occidental parecía estar fuera de control (2014) gran emergencia de salud pública; no obstante, en 2016 la OMS declaró que se había controlado, infectó a 30.000 personas (murieron 11.000). En relación con la hambruna, en los últimos 100 años los avances de la tecnología, la economía, decisiones sociales y políticas, crearon una red de seguridad, alejando a la humanidad del umbral biológico de pobreza.

Hace unas décadas China, era sinónimo de escasez de alimentos, no había manera de como alimentar a sus mil millones de habitantes; desde 1974 China se propuso el mayor milagro económico con muchas medidas de impacto social (por ejemplo solo un hijo por familia), hoy China es una gran potencia, libre de hambrunas. En el mundo todavía hay millones con escasez de alimentos, pero en muy pocos territorios (África) se mueren por hambre. Igualmente, las guerras están desapareciendo, a lo largo de la historia se asumía la guerra como algo natural, la paz se consideraba como un regalo de momento. Si la incidencia del hambre, la peste y la guerra están siendo controladas ¿qué lo estaría sustituyendo, ocupando su lugar en la vida humana?... es como si esa herencia, afectara la salud mental y cognitiva, siendo esto mucho más perjudicial, que lo ganado. La mente siempre esta lista a plantear sus exigencias instintivas y muchas veces primitivas. Si existe un desequilibrio emocional se acude al alcohol, drogas, hasta lo peor el suicidio, diariamente lo constatamos.

Por otro lado, está el comportamiento humano de quienes subordinan a través, de su posición y poder (en lo político, económico, empresarial) donde prevalece la Codicia, contaminando toda la estructura estatal e institucional con la Corrupción, con un agravante, el Estado lo permite.

Son tiempos oscuros, existe un desprestigio generalizado del gobierno y las instituciones, esto es de suma gravedad que no podemos ver; pero los informes (Gallup Poll No. 32 agosto 2019 - El Tiempo) así lo demuestran, sobre la desfavorabilidad de las instituciones; el Congreso con 75%, la Policía Nacional 52%, la Corte Constitucional 53%, la Corte Suprema de Justicia 62%, Sistema Judicial 79%, los partidos políticos 79%, medios de comunicación 45%, en los medios sucede que cuando no los ahogan las medidas de censura, están expuestos al furor de la polarización política, mucho más en tiempo de elecciones.

“Las personas de espíritu superior entienden la justicia, las personas ordinarias entienden el beneficio”, Confucio.

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