En Dios no hay lugar a equivocaciones

Jhon Jaime Ramírez Feria

°°° «Después que nació Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, llegaron a Jerusalén desde el oriente unos sabios y preguntaron: ¿Dónde está el rey de los judíos, que acaba de nacer? Porque vimos cuando apareció su estrella y venimos a rendirle homenaje.
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Cuando el rey Herodes escuchó esto, se preocupó mucho, y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo judío, para preguntarles dónde debía nacer el Mesías.” °°° (Mateo 2, 1-12). La Epifanía o la manifestación del Señor, es la manera más propia y pedagógica como el Hijo de Dios, toma la decisión de darse a conocer a hombres y mujeres. La Sagrada Escritura nos permite conocer múltiples momentos en que el Maestro de Nazareth se manifestó a la comunidad. Históricamente hablando, nuestra Iglesia católica habla de la epifanía a san Juan Bautista en el río Jordán. La epifanía del Maestro a sus discípulos, al comienzo de su vida pública en el milagro de Caná. Celebramos con mucho énfasis la epifanía en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos.

    Jesucristo se convierte en luz para todas las naciones. 700 años antes de la Encarnación del Hijo de Dios, hubo un profeta que presentó al mundo el comunicado de Dios: Levántate y sonríe Jerusalén que ya llega tu luz y brilla en ti la gloria del Señor. (cf. Isaías 60, 1-6).  Ese es el profeta Isaías, que descubre la Jerusalén futura, la imagen de la Iglesia iluminada por la luz, la estrella que desde el firmamento indica el camino y la razón por la cual todos los pueblos de la tierra adorarán a Aquel que nació para vencer el mal con la fuerza del bien (cf Mateo 5, 39-42); Vence el pecado y no permite que la tentación destruya a la persona (cf. Mateo 4, 1-11). Vence la muerte y la convierte en eternidad, (cf. Juan 6, 47-50). Él es la luz del mundo, (cf. Juan 8,12).

Dios se revela en cantidad de circunstancias, aprovecha múltiples ocasiones, es incansable, no se detiene, su vida es una energía constante de luz, de resplandor, de fortaleza, de perdón, de sabiduría, de gozo y esperanza. Él mismo dispuso las cosas, preparó diligentemente este acontecimiento, dejó las bases de la fe, la luz y la verdad, para conocerlo a Él. El santo Padre Francisco, nos recuerda que los reyes magos, son símbolo de las personas que buscan a Dios. Que no lo encuentran el palacio real y no se dejan engañar por la apariencia de fragilidad del Niño. Y guiados por el Espíritu, reconocen que Dios no se manifiesta en la potencia de este mundo, sino que nos habla en la humildad de su amor. Cuida tu salud: Quien le cree a Dios, se deja guiar por la luz verdadera.

 

 

PADRE JAIRO YATE RAMÍREZ

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