Las Madres y las turbulencias sociales

Jorge Ancizar Cabrera

“Sé que el siglo necesita la protesta y la voluntad para poder transformarse en roble, en Amor y en Libertad” Santo Juan Pablo II. “Donde el amor se hace más grande y noble en la calamidad”. Lo señaló Gabriel García Márquez en “El amor en los tiempos del cólera”.
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El diálogo y la concertación se hace cada día más necesario, urgente y apremiante en estos momentos de crisis por la que está pasando Colombia. Así como no hay una Guerra justa porque la muerte de seres humanos nunca tendrán justificación en la historia y se ha demostrado científicamente que en nombre de la paz y la democracia son muchas las vidas sacrificadas y hay un ser querido que es la Madre quien sufre con más rigor las muertes en la guerra porque ve morir toda su descendencia representada en hijos, hermanos, esposos, familiares y su dolor es profundo, habida cuenta, que todas esas vidas son fruto de las madres que gracias a ellas se conserva la continuidad de la especie humana. 

Por ello, en las convulsiones sociales como la que estamos padeciendo en Colombia y que hemos sufrido por muchos años y ahora la humanidad con otro azote más grave y amenazante de sus vidas, con pandemia, peor que la que estamos padeciendo, la diferencia es que el Covid-19 nos toca a todos, ricos y pobres por igual, y en la otra guerra, y convulsiones sociales los que padecen hambre, tristeza, miseria, desplazamiento, muerte son las clases más desvalidas y desprotegidas, los pobres y sus hijos que van a combatir unos como miembros legítimos de la fuerza pública y los otros utilizando el legítimo derecho de la protesta, y en estos conflictos sociales es donde se violan sistemáticamente los derechos humanos y el derecho internacional humanitario y, hace que las madres entierren a sus hijos. 

Esa turbulencia en su retumbar y resonancia se venía escuchando mucho tiempo atrás en los países de América Latina, y aquí en Colombia está comenzando a estallar esta bomba social, donde se necesita mucha inteligencia y sabiduría tanto en el gobierno y el pueblo para contener y solucionar la misma, con salidas reales y concretas donde reine y prime la convivencia social de sus habitantes. Para decir con Antonio Machado, el poeta español que: 

“La guerra es el crimen estúpido por excelencia, el único que no puede alcanzar el perdón de Dios ni de los hombres”. “La guerra está contra la cultura, pues destruye todos los valores espirituales.” “¡Señor! La guerra es mala y bárbara; la guerra odiada por las madres, las almas entigrece; mientras la guerra pasa, ¿quién sembrará la tierra? ¿Quién sembrará la espiga que junto amarillece?”. 

JORGE ANCIZAR CABRERA REYES

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