La hipocresía en la cuarentena

José Adrián Monroy

El confinamiento sacó a flote una faceta desconocida de nuestra sociedad y del mundo. En mi columna de un par de semanas atrás, señalaba como el encierro estaba produciendo serios efectos psicológicos en los españoles, basados en un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid.
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Ahora, la agencia de publicidad Doyle Dane Bernbach (DDB) encuestó, entre el 26 y el 31 de marzo (cuando inició la cuarentena obligatoria), a 1.500 personas en las principales ciudades del país, sobre las opiniones y los comportamientos de los colombianos frente a la pandemia causada por el covid-19.

El estudio concluyó que existe un sentimiento de incertidumbre y una notable preferencia de lo humano y trascendental sobre lo material; por ejemplo, al 71% de los colombianos le preocupa infectarse y el 53% teme por su futuro laboral, a su vez, el 57% de los encuestados considera que la vida después de la pandemia cambiará bastante. Por otra parte, el 87% cree que la familia debe ser lo más importante, le siguen la salud, el medioambiente, vivir el presente y el amor. Tan solo el 23% respondió que el dinero debe seguir siendo una prioridad, y el l0% se inclinó por la apariencia física. Además, los encuestados le darán prelación a consumir alimentos saludables y reducirá gastos en artículos de lujo como los carros.

Lo anterior suena muy bonito, hasta resulta esperanzador que en Colombia se esté pensando de esa manera, sin embargo, como bien lo dice mi madre: “aquí muchos son luz en la calle y oscuridad en la casa”, pues la realidad es otra. De acuerdo con un informe del Observatorio Colombiano de las Mujeres, en la línea 155, habilitada para entregar orientación en temas relacionados con violencia de género, ha habido un incremento del 103% en llamadas que denuncian diversos tipos de maltrato en comparación con el mismo periodo en el año 2019. Adicionalmente, según datos de la Fiscalía General de la Nación, se recibieron 578 llamadas que denuncian violencia de género entre el 20 de marzo y el 4 de abril, y en lo que va corrido de este año, medicina legal registra más de 11.800 ataques físicos y psicológicos contra mujeres.

A hoy, esa es la real y vergonzosa situación de un sin número de mujeres que, no solo deben lidiar con el miedo al contagio del coronavirus, sumado al problema económico que se vive y el que se avecina, sino que también, tienen que soportar toda clase de maltratos. Claro, los niños y los hombres lo sufren igualmente, pero no en la misma medida.

Así que hago un llamado a las autoridades (comisarías de familia - Policía Nacional), para que actúen con prontitud ante estos casos de violencia intrafamiliar, proporcionando protección y sitios de aislamiento en los que las víctimas logren estar lejos de sus victimarios, y ojalá, este tiempo les sirva a los agresores y a todos, como espacio de reflexión para que podamos cambiar todo aquello que nos ata a la inconsciencia y la crueldad hacia los demás.

JOSÉ ADRIÁN MONROY TAFUR

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