La reivindicación de Cortolima

José Adrián Monroy

Siempre he insistido en la necesidad de darle un giro de 180 grados al ejercicio político y de la función pública, dejando atrás las constantes contradicciones entre lo mucho que se dice y lo poco que hace, con el objetivo de regresarle a las personas el respeto, la confianza y la credibilidad por las instituciones, toda vez que, de su legitimidad depende la estabilidad de nuestra democracia y del estado social de derecho.
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Traigo esto a colación, porque el año pasado, en el ocaso de la anterior administración de la Corporación Autónoma Regional del Tolima - Cortolima, mediante la  resolución 3720 del 24 de octubre de 2019 se expidió la licencia ambiental que permitía la construcción de “Hidrototare”, un proyecto que buscaba generar energía eléctrica a filo de agua en las veredas Santa Bárbara y Buenos Aires, ubicadas en  la parte alta del sector rural de los municipios de Anzoátegui y Venadillo, al norte del departamento.

Desde antes del otorgamiento del permiso, asociaciones ambientales, dirigentes y residentes de la zona, se oponían al proyecto por considerar que terminaría por afectar nacimientos de agua, el propio río  Totare que se caracteriza por su riqueza agrícola en cultivos de aguacate, caña de azúcar, arroz, plátano y frutales, y unas 40 quebradas debido a la construcción de una bocatoma de 3 kilómetros de longitud, así como tuberías de descargue de 5 kilómetros, una casa de máquinas, entre otras obras.

Ahora, en el análisis que hizo la administración de la Dra. Olga Lucía Alfonso, la licencia no contenía en el estudio del impacto ambiental los conceptos técnicos que  soportaran la existencia de la totalidad de la información y los análisis necesarios que eran fundamentales para que hubiese sido otorgada, por lo que tomó la decisión de revocarla.

Las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible (CAR) son entes corporativos de carácter público, integrados por las entidades territoriales, encargados por ley de administrar -dentro del área de su jurisdicción- el medio ambiente y los recursos naturales renovables, y propender por el desarrollo sostenible del país.

Entonces, haber concedido esa licencia en su momento, desdibujaba e iba en contravía con la misión de la corporación, puesto que, siempre debe anteponerse la protección de los recursos naturales a la intención de realizar cualquier proyecto por muy importante que sea; más aún, si no se contaba con el respaldo técnico requerido que establecería la magnitud del efecto que tendría la construcción de la hidroeléctrica.

Así que aplaudo la decisión de revocar esta licencia, no solo por los vicios en su procedimiento, también, por pensar en la preservación de nuestro medio ambiente, del desarrollo agrícola que depende del abastecimiento hídrico del río Totare y por supuesto, porque se reivindica el accionar de Cortolima, pues ya es justo, que sus decisiones obedezcan a los  intereses de todos los tolimenses y no de quienes la han gobernado  por muchos años en la sombra.

JOSÉ ADRIÁN MONROY

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