Los partidos políticos en su peor momento

De acuerdo con Invamer, de agosto a octubre de este año la desaprobación del Presidente Duque aumentó seis puntos. El 61% de los colombianos encuestados desaprueba la gestión del jefe de Estado, comparado con el 31% que cree que lo está haciendo bien. A nivel general, la empresa encuestadora también indagó sobre la percepción de la situación del país y lanzó como resultado que el 74% de los encuestados consideran que las cosas han empeorado, en comparación de un 16% que considera que sí están mejorado.

Otros temas analizados y que no arrojaron un resultado esperanzador son la seguridad de la que un 89% de los colombianos cree que está empeorando, al igual que el desempleo en un 86%, la corrupción en 85%, costo de vida en 83%, manejo de la inmigración de venezolanos un 80% y economía en un 76%.

Mas allá del pesimismo que mostró la encuesta, hubo un aspecto que fue consultado y que su resultado me llama la atención; tiene que ver con la opinión de las personas en el país sobre los partidos políticos: en donde el 85% tiene una imagen desfavorable y tan solo un 10% de favorabilidad. Entonces, hago especial énfasis en este punto, porque se supone, que los partidos políticos deben ser  instrumentos de identidad ideológica y de representación social, que la personas tienen para ejercer la democracia conforme a su vocación de poder y de servicio.

Por lo tanto, sumado a la desconfianza que en general tiene la mayoría de colombianos hacia el ejercicio público en el país, está la sensación de no sentirse representado por ningún partido político, lo que significa, que los partidos políticos no están interpretando el sentir y la necesidad de la gente, no comprenden sus ideales, sus principios, convicciones y mucho menos sus preocupaciones.

Esa es la razón por la cual, la política en el país está girando hacia el mesianismo y caudillismo que alimenta la polarización que se vive en esta sociedad; así que tienen, desde la dirigencia de los partidos políticos, pensar en el papel que jugarán ante la crisis, como se conciliarán con su militancia y atraerán a los jóvenes, como van a contribuir a las soluciones de los grandes problemas del país y dejar de lado los intereses personales para darle prevalencia a los colectivos, de lo contrario, estamos ante el comienzo del derrumbe de nuestro sistema democrático que puede darle paso a sistemas de gobierno que harán que la situación sea peor.