Paliativos para un delito mayor

Abruma el incremento exponencial del robo de ganado en el país. Pero lo más grave, es que a nadie parece importar las dinámicas que este delito está generando en la región.

¿Democracia y política sin armas?

El acuerdo político en La Habana pasó con más pena, que la gloria que le endosó el Gobierno. Salvo un par de expresiones inconclusas, que condensan los deseos más peligrosos de las Farc, lo demás cae en la obviedad.

Los inventos de La Habana

Será vano el esfuerzo para concretar el acuerdo en participación política, como lo fue en materia de desarrollo rural. Pero claro, embebido como está el Gobierno por mostrar resultados en La Habana, pronto saldrá otro texto plagado de salvedades y el presidente Santos soltarán otra andanada para justificar el paso automático de las armas al Congreso.

La coherencia de las Farc

Desde Oslo la suerte del proceso de paz estaba echada. Así como no hubo sorpresas en el discurso de Márquez, tampoco las ha habido en La Habana. Las Farc han refrendado la coherencia de una estrategia concebida en 50 años de lucha armada.

El tiempo perdido de La Habana

Resulta improcedente suspender temporalmente el proceso de paz. La única opción es terminarlo. Es una negociación sin respaldo político ad portas de elecciones para un nuevo mandato. Además, al cabo de un año no hay avances y el delicado asunto del narcotráfico nunca arrancó. En este punto, el maridaje de las Farc con los carteles –nacionales o mexicanos– hará parte de otro fracaso anunciado.

“Voceros” de primera y segunda

Las comitivas que entran y salen de La Habana son vox populi. La romería no es sólo de políticos, también académicos, periodistas y activistas de derechos humanos.

De las Naciones Unidas a La Habana

El discurso del presidente Santos en pro de las negociaciones de La Habana –no de la paz– en el desolado auditorio de Naciones Unidas, fue reiterativo, a veces contradictorio y definitivamente inútil.

Dónde va la Justicia Transicional?

Desconcierta la fractura entre la “verdad real” y la “verdad procesal” de la Justicia Transicional. Aterran sus métodos que convirtieron a delincuentes en “acusadores de oficio”. Inquietan sus fallos cargados de generalizaciones, peligrosas omisiones y graves sesgos políticos. Los verdugos de ayer, hoy son las víctimas y prima su “verdad vindicativa” a cambio de rebaja de penas.

El “Gran Pacto Agrario”

El peligroso escalamiento de la violencia durante el paro nacional, es un mal precedente para el “Gran Pacto Agrario”.