David enfrenta a Goliat

Juan Carlos Aguiar

El documental dura un poco menos de dos horas y se titula ‘The great hack’ o ‘Nada es privado’. No trae nada desconocido, pero sí se trata de una maravillosa radiografía de los hechos sucedidos con Cambridge Analytica, en la carrera presidencial de 2016 en Estados Unidos; y del Brexit, en Inglaterra, aprobado en referendo el 23 de junio del mismo año.
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Esta polémica firma británica, dedicada a la consultoría política y al desarrollo de estrategias, desde los datos personales recopilados en Facebook, fue el epicentro de un escándalo que sacudió los ejes del poder en Washington y Londres, sin que todavía se conozcan del todo sus repercusiones en otros rincones del planeta. La acción, de un solo hombre, desató una serie de investigaciones que arrinconaron y obligaron al cierre definitivo de Cambridge Analytica y pusieron en aprietos a Facebook y a su CEO y fundador Mark Zuckerberg, por el mal manejo de los datos personales de millones de usuarios del gigante de la tecnología.

Lo curioso del documental es que es producido por Netflix, el monstruo de la televisión streaming, que esta semana también se vio envuelto en un escándalo por cuenta de grupos de usuarios de su plataforma, quienes indignados rechazaron la película francesa ‘Mignonnes’ o ‘Cuties’, porque consideraron que para su promoción se usaron una imagen y una descripción sexual de niñas. Aunque la película se estrena el próximo 9 de septiembre, la airada protesta de los televidentes obligó a Netflix a emitir un comunicado en el que lamentan “profundamente el inapropiado material gráfico” usado, y agrega que “no estuvo bien y tampoco era representativo de esta película”. El resultado final fue el cambio de las fotografías y la criticada descripción.

Estos dos episodios, aislados entre ellos, demuestran que por muy grandes que sean estas empresas, en un mundo digital que nos envuelve cada día más, siempre habrá alguien con la tenacidad suficiente para hacerles frente y controlar los excesos. Sin embargo, para hacerlo se necesita estar muy bien informado porque, en el caso de Cambridge Analytica, que tuvo operaciones en Colombia como decía su presentación de aquel entonces, manipulaba a los electores luego de establecer los perfiles y gustos de millones y millones de usuarios de Facebook. ¿Cómo? Desde lo más profundo de sus odios y miedos.

Hace casi dos años Brittany Kaiser, quien trabajara en un puesto privilegiado en Cambridge Analytica, reconoció que la empresa tuvo contactos con tres campañas presidenciales en Colombia, pero no se supo cuáles fueron y mucho menos si se concretaron sus servicios. Lo que llama profundamente la atención de este episodio, después de ver el documental de Netflix, es que lo sucedido en Estados Unidos e Inglaterra, es muy similar a lo que ocurrió ese mismo año en Colombia con el Plebiscito por la Paz: la manipulación descarada de sectores de la población.

Engaños y mentiras como el pago de un millón 800 mil pesos mensuales a los guerrilleros, la ideología de género o aportes económicos de los pensionados, dividieron tanto a los colombianos que muchos, contrariando las encuestas, salieron a votar a favor del No, rechazando los acuerdos con las Farc.

Si existe alguna duda de esto solo hay que buscar la entrevista que el entonces gerente de la campaña del No, Juan Carlos Vélez Uribe, dio a la periodista Juliana Ramírez del diario La República, en la que aseguró que “estábamos buscando que la gente saliera a votar berraca”. Lo increíble es que lo lograron, al igual que pasó en Estados Unidos e Inglaterra. La diferencia es que, en Colombia, David nada que se anima a enfrentar a Goliat.

JUAN CARLOS AGUIAR

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