¿Hacia dónde va el periodismo?

Juan Manuel Díaz

El auge de las nuevas tecnologías sin ninguna duda ha cambiado no solo las formas de conocernos y relacionarnos, sino también la forma de comunicarnos.
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Desde luego que también ha cambiado la manera en la que nos informamos, y cómo aquella idea de aldea global de Marshall McLuhan, el mundo está conectado y la información se encuentra al alcance de un clic, tanto para recibirla, así como para re transmitirla. De ahí que las formas de hacer periodismo también se han modificado, y aquello en algunos casos específicos, le ha hecho daño a la labor, con sus respectivas y ejemplarizantes excepciones.

Hoy en día cualquier persona es periodista, cualquiera es opinador, influenciador, analista, columnista o incluso director de un medio, pues los medios pasaron de ser reputadas emisoras y canales de televisión, a ser portales web, páginas de redes sociales, y blogs, que muchas veces no tienen la rigurosidad, ni los fundamentos académicos, ni mucho menos la ética para ser llamados medios de comunicación.

Por estos días de pandemia, muchos posan de opinadores y periodistas, e incluso editorializan y politizan noticias bajo el amparo de ser “medios alternativos”, al tiempo que omiten contrastar fuentes, desplazarse hasta el lugar de la noticia y hacerle un verdadero tratamiento a la misma. Muchos escriben mal, hablan mal, y lo más grave, se creen el cuento de que para ser periodista solo se necesita una cámara o un celular, omitiendo la responsabilidad que le asiste a un periodista de ser riguroso, medianamente objetivo y diáfano.

Hoy todos son reporteros, cualquier persona envía una foto o un video “denunciando” a alguien haciendo algo malo, y aunque el discurso de la prensa libre suena muy bonito, si no se le hace un verdadero análisis a esas denuncias, seguiremos en el círculo vicioso de las transmisiones en vivo sin sentido, de las denuncias por calumnias, de los ataques a los funcionarios públicos que generalmente son llamados corruptos por el simple hecho de estar en lo público, entre muchas otras dinámicas de ese periodismo del escándalo y de la extorsión de la pauta, como a veces ocurre en Ibagué. ¿Hacia dónde va el periodismo?

JUAN MANUEL DÍAZ

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