PUBLICIDAD
El fin de esta institución democrática es limitar el poder y así evitar su concentración en una sola rama, de tal forma que se garantice el goce de los derechos y libertades que se estipulan y se defienden en un estado social de derecho como el nuestro. Sin embargo, durante los últimos meses ha brillado por su ausencia la rama legislativa -Congreso de la República- en temas estructurales, como el control político a las acciones del gobierno en la emergencia por el Covid-19 y en la confrontación violenta que tiene al país sumido en una crisis que no vivíamos hace muchos años: la función de la policía, la reglamentación de la protesta y las muertes violentas.
Debido a la omisión del Congreso de la República en legislar y en tomar decisiones que pueden tener costo político y que podrían llegar a afectar sus caudales electorales, le ha tocado a la rama judicial (Corte Constitucional y Corte Suprema) fungir como el Senado o la Cámara de representantes. Esto ha dado lugar a que las tensiones y enfrentamientos entre la Rama Ejecutiva -gobierno- y las altas cortes haya llegado a tal punto, que tomar una decisión en derecho es considerado por la opinión, por el partido de gobierno y hasta miembros de éste, como “una corte de las Farc” y se señalen a los magistrados como “Farcmagistrados”, comunistas, etc. Nos pretenden arrastrar a ese pasado tenebroso, lleno de odio, fanatismo, sectarismo, a la violencia más cruel, sanguinaria que este país conoció, y que si no reaccionamos como verdaderos seres humanos y ciudadanos, perderemos nuestra dignidad, libertad, democracia y hasta la propia vida.
De esta forma, la falta de acción adecuada del Congreso de la República rompió el equilibrio de poderes y puso a la Rama Judicial como opositor del gobierno, cuando su fin es hacer cumplir las leyes y proteger los derechos de la ciudadanía. Lo comentado no puede seguir ocurriendo y es el Congreso el encargado de ejercer el control político, legislar y velar por los derechos de quienes los eligieron, su jefe, el pueblo soberano, en unas elecciones libres y democráticas.
Comentarios