Una nueva generación de empresarios

Juan Manuel Galán

Una de las fallas estructurales de nuestra economía es que sus niveles de productividad son muy bajos. Aún tenemos muchos sectores empresariales donde no existe el acceso a la ciencia y la tecnología. De seguir por ese rumbo, será imposible superar la gran dependencia que tenemos hoy de la minería y los hidrocarburos. 
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Se necesita una gran alianza de los principales protagonistas -trabajadores, empresarios y el Estado- para construir un consenso que saque a Colombia del círculo vicioso del bajo crecimiento y la desigualdad.

La solución no es, como lo propone Petro, la estatización de la economía o regresar a un pasado proteccionista a ultranza, desconectados de las corrientes internacionales de inversión y comercio. 

Existe un potencial inmenso en el talento humano de nuestros compatriotas, en la habilidad empresarial de los colombianos, en las miles de hectáreas de tierra improductiva, en la innovación e ingenio de nuestros creadores, en la biodiversidad. Con ese potencial vamos a construir una política de desarrollo económico que se traduzca en alto crecimiento, empleo de calidad, menor informalidad y aprovechamiento de todas las ventajas comparativas y competitivas de nuestro país.

No hay crecimiento sin empresarios. Desafortunadamente, las políticas de este gobierno y del uribismo han llevado a que los apoyos y las exenciones tributarias al sector privado queden en las manos de los mismos empresarios mimados de siempre. 

Mediante nuestra política de justicia tributaria los apoyos preferentemente irán a los innovadores, a quienes generen más empleo, a los que se comprometan con el valor agregado y la productividad. Una nueva generación de empresarios, gladiadores y guerreros, que conquisten mercados y que sean socialmente solidarios.

Vamos a poner en marcha un plan de incorporación a la formalidad acelerada y masiva de pequeños y medianos empresarios. Pasar de la informalidad a la formalidad no puede ser de un día para otro. Llegar a la formalidad será a través de una transición gradual, no de sopetón. Y vamos a reducir todos los costos asociados a la formalización, registros, cámaras de comercio, trámites y notarías a la mitad.

Hay que pasar de un crecimiento sin impacto social como del que se vanagloria el gobierno, a un crecimiento basado en profundizar la demanda interna, incorporando al mercado a los históricamente marginados del consumo. Creemos que una política de impulso a la economía verde, es decir, aquella basada en las actividades para construir la sostenibilidad, mediante financiamiento, asesoría e incentivos.

Finalmente, vamos a hacer una revolución del valor agregado en el cuál las empresas y empresarios que asciendan por la cadena de valor sean premiados.

Los incentivos en materia de investigación y desarrollo tendrán como prioridad apoyar a los pequeños y medianos empresarios para que accedan al conocimiento y a nuevas tecnologías. Colombia necesita propuestas reales y estratégicas, y no especulaciones populistas sacadas del sombrero.

Juan Manuel Galán.

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