Lo bueno, lo malo y lo feo Entrega II

César Tulio Laserna Ruiz

Me ocupo hoy de la educación preescolar, la primaria y la del bachillerato académico tal cual está funcionando hoy, no lo hago como experto en el tema y en cambio sí como alguien que fue educado como la mayoría. Para mi concepto, respetando a los que sostienen que todo está bien, me parece a mí que eso no es así, es que no tiene sentido que a todas las personas se les dé una educación similar como si tuvieran las mismas características, las ponen a estudiar inglés, matemáticas, religión, educación física y 100 materias más. Eso debería cambiar desde el preescolar, los profesores con la colaboración de los padres y de los psicólogos, deberían observar a los menores y valorarlos en todos sus aspectos. Esto se haría en una forma más efectiva a lo largo en la primaria, después de eso, ya en el bachillerato, se debe realizar la actividad educativa tal cual lo solicite el alumno y eso desde luego con los soportes mínimos logrados hasta ese momento. No tiene presentación que al joven que no le gustan la matemáticas, en lo que no es hábil, se le obligue a estudiar álgebra, trigonometría, física, química y cálculo. A ese estudiante hay que darle los conocimientos mínimos para sumar, restar, multiplicar, dividir, algo sobre el manejo de los quebrados y lo mínimo de geometría. Esto como conocimiento general y sin condición alguna respecto de superar los años del bachillerato. Eso mismo pasa con el inglés, dado que no todo el mundo tiene facilidades para los idiomas y por lo tanto no tiene entonces justificación su obligatoriedad. Lo anterior con todo y reconocer su importancia. La clase de religión debe de ser libre y sin calificación para acatar lo que en esa dirección dice la constitución. Al que le gusta la matemática desde el comienzo se le debería perfilar, dejando de lado una cantidad de asignaturas que no le servirán de nada en el futuro, en todo caso aquellas sin calificación. Eso desde luego significa que el alumno este contento, sea creativo y se perfeccione. Ese futuro profesional tendrá mucho que aportar. Como es lógico se debe de acudir a la tecnología en todos sus formas, el profesor es para concretar los conocimientos y no para dar clases como se dan en la actualidad. Hay que volver eso sí a la urbanidad, a la educación cívica, a los valores, al manejo del teclado con todos los dedos, a un trabajo muy específico en la parte de la educación física buscando potenciales deportistas de alto rendimiento, desde el colegio el profesor debe detectar eso y conectarse con las ligas locales. Hay que buscar científicos, escritores, cantantes, artistas, creadores y empresarios. Las evaluaciones del día a día deberían ser más prácticas y personales. Todo eso obliga a que cambie también las evaluaciones del Icfes, porque como es obvio no se pueden hacer avaluaciones generales, hay que considerar las aptitudes detectadas en la primaria y lo que se haya logrado en ese sentido en un bachillerato con el plus ya indicado. Para ingresar a la universidad la evaluación igual debe ser muy personal y directa. Lamentablemente todos los días perdemos el aporte de muchos jóvenes que todo lo que quieren es salir de su bachillerato y por fin empezar a realizar una actividad que les guste. Muchas personas se retiran del colegio porque no quieren estudiar todo y si algo en concreto. Algunos se retiran por el matoneo producto de su falta de interés en una materia o más grave aún, por su poco entendimiento de aquella. Algunas de las materias no tienen sentido desde el enfoque que propongo. Cambiemos esto y desde ese momento veremos resultados.

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