El festival folclórico colombiano 2015

César Tulio Laserna Ruiz

Todavía estamos a tiempo para preparar como se debe el festival folclórico de este año, algo que siempre se deja para última hora y por eso siempre las fiestas de Neiva nos superan de lejos. Nosotros lo tenemos todo para competir sanamente con los opitas, nuestra ciudad, con todo y los problemas que tiene, es mucha más que Neiva. Contamos con un clima más fresco y variado. En aquella ciudad el clima es caliente todo el día y toda la noche. Bogotá está a dos horas y media de Ibagué y como ya lo dije en otra oportunidad, la capital es la mayor fuente de turismo nacional. No contamos con un río tan importante como el Magdalena atravesando la ciudad, pero sí tenemos un nevado como el del Tolima que queda muy cerca del centro de la ciudad, con todo y el cañón del Combeima que nos da una brisa permanente para los que vivimos en la parte alta. Ellos explotan lo del río para sus festividades, nosotros no aprovechamos el nevado para nada. El festival del folclor tiene que ver con todas las manifestaciones que su nombre indica, las fiestas de Neiva son solamente dedicadas al bambuco y esa es otra de las ventajas nuestras. Ellos promocionan en la televisión nacional lo suyo, nosotros lo hacemos tímidamente y sin la anticipación necesaria. No se traen orquestas y grupos musicales de renombre a Ibagué. Ellos por el contrario sí lo hacen. Lo que nos corresponde entonces es lo siguiente: darle mantenimiento al parque Centenario y sobre todo a la concha acústica. Darle mantenimiento a la vía que va al nevado, lo que tiene que ver con el Rancho y desde luego con los senderos que llevan a la cumbre del nevado. Ese recorrido se debe de promocionar. Las vallas que sirven para contener al público durante los desfiles se deben pintar y adecuar para que unas se entrelacen con las otras adecuadamente. En el año anterior, en la carrera Tercera entre calles 5 y 9, se pusieron unas vallas oxidadas, amarradas de cualquier manera con alambre en mal estado, dando un mal aspecto y propiciando un accidente para un niño. Al ver esto a cualquiera se le ocurre pensar en la falta de organización y de categoría. El día del tamal es una buena idea, pero por favor debe haber un control a la calidad, no es posible que por ahorrar en costos, en algunos de los puntos de venta el plato típico en comento ese día no sea el mejor. El parroquiano sabe que ese no es un buen tamal y el que nos visita pensará que en su Bogotá lo come mejor en cualquier lugar. Las casetas para la venta y consumo deben ser similares, bien construidas, no se deben amontonar y no se les puede poner plásticos de cualquier color como si estuviéramos en la calle “bonita”. A la feria, que es la parte que más me gusta de las fiestas de Ibagué, se debe llevar música de carrilera de categoría y tener una vigilancia especial esos días en el sector. Se deben hacer transmisiones por televisión a nivel local y nacional con mucha técnica sobre todo en lo que tiene que ver con el sonido. Antes de iniciar el festival se deben recoger escombros, cortar los matorrales y tapar huecos en las avenidas más transitadas. A la gente hay que atenderla bien para que vuelvan. No es fácil competir con Neiva dada la ventaja que nos llevan, con todo vale la pena intentarlo.

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