La eutanasia

César Tulio Laserna Ruiz

La Honorable Corte Constitucional acaba de hacer un pronunciamiento fundamental sobre el tema, lo hizo por vía de tutela, en el exhortó al Congreso a regular con prontitud la eutanasia y dio al Gobierno 30 días para dar directrices a los centros de salud para que conformen comités que acompañen los casos de muerte digna.

Vale la pena destacar que en 1997 se había declarado su legalidad y la falta de regulación ha impedido el cabal cumplimiento de esa sentencia. Desde luego que estoy de acuerdo con la eutanasia, porque no tiene sentido que un ser humano tenga que sufrir una muerte espantosa, con un dolor insoportable, cuando la ciencia de que se dispone no tiene como solucionar el problema, esto debe de estar establecido adecuadamente, la persona debe de tener capacidad para decidir y desde luego se debe respetar un protocolo.

No importa lo que piense al respecto la cualquier iglesia, los vecinos, los familiares del que toma la determinación y en general lo que pueda pensar la mayoría de los colombianos. En este caso lo que cuenta es el ser humano que quiere tomar la determinación, lo demás simplemente son detalles que tienen que ver con lo que somos como raza humana, sus principios y valores. Las cosas se pueden y deben hacer dentro de unos parámetros mínimos racionales.

Al quedar establecido que una persona está padeciendo una enfermedad terminal, que ya no hay nada que hacer por parte de la ciencia conocida, la misma hace su cuestionamiento personal, pide apoyo a los profesionales de la salud y acude a los que manejan todo lo relativo a su creencia religiosa si la tiene.

La eutanasia está asociada a la muerte sin sufrimiento, ante una enfermedad incurable y eso por parte de una persona con capacidad para decidir. Estando en pleno goce de su capacidad mental, la persona podría hacer un pronunciamiento escrito, en el que indique cuál es su determinación y cuales las precauciones que se deben de tener al decidir.

Otra cosa muy distinta tiene que ver con el suicidio, de lo cual cada quien tiene que ser responsable, muchos de estos se dan por desespero ante las deudas, el abandono de una pareja, la drogadicción y los problemas mentales. Sobre estos me tocó ocuparme cuando me desempeñé como juez y como fiscal.

En el campo se acude a los venenos propios del agro, en los pueblos al ahorcamiento y al disparo con armas de fuego. Es una determinación terrible y con la cual no estoy de acuerdo pero la respeto. La eutanasia es algo muy distinto. Saludamos todo lo que en este sentido está haciendo La Corte Constitucional de Colombia.

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