El papa Francisco I

César Tulio Laserna Ruiz

Jesús, según los evangelios, dijo que al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Con todo respeto de los que piensan de otra manera, que reconozco son la mayoría, especialmente me refiero a mi madre y a todos mis antepasados, tengo para decir que no comparto esa idea, un Dios hecho hombre debió interesarse en el quehacer de los seres humanos de ese entonces.

Fue así como no se ocupó de las enfermedades que afectaban a la raza humana, el hambre, la esclavitud, los impuestos, la pobreza, el dominio a sangre y espada de un pueblo sobre otro, el trato a los negros, a las mujeres y lo que hacían los líderes de ese entonces con sus respectivos pueblos. Solamente mostró parte de su poder al resucitar a uno que otro muerto, expulsar demonios, multiplicar los panes y convertir el agua en vino. Caminó sobre las aguas, resucitó, se aparecía y se desaparecía a voluntad. Cosas que aún hoy no lo puede hacer nadie y tampoco un país con toda la tecnología del mundo actual.

Hay que destacar que después de él se dio toda clase de barbaridades a su nombre, en ese sentido recordemos las cruzadas, la inquisición, las riquezas de sus líderes, la aproximación con el poder cualquiera que este fuera y la cantidad de desafueros de carácter sexual que han cometido algunos de los representantes. La historia de la Iglesia, la de sus papas y la de sus finanzas respalda todo esto. Jesús, según eso, hubiera compartido el silencio del papa Pío XII sobre el exterminio nazi a los judíos, no hubiera compartido la participación del papa Juan Pablo II en la caída de la Unión Soviética, eso era algo que a él no le interesaba, tal cual ocurrió respecto del imperio Romano, del que nunca dijo nada, con todo y que estos cometían toda clase de atropellos.

Jesús no se metía en problemas del medio ambiente, sexualidad, pobreza extrema de muchos y la riqueza desproporcionada de pocos. Todos estos asuntos sí son temas del Papa Francisco. Lo que quiero decir en esta primera columna es que tiene razón Francisco al hablar de los temas a los que se refiere a diario en forma verbal y por escrito.

El Papa dice ser representante de Jesús y contrario a este sí se interesa respecto de lo que aquel nunca dijo nada. Vale decir, eso sí, que el Papa no solamente es el líder de la Iglesia Católica, es un líder universal y jefe del Estado Vaticano. Jesús nunca tuvo esas oportunidades. No siempre compartiremos sus conceptos, pero sea como sea saludamos que se interese en lo que tiene que ver con la realidad del ser humano, sea cual sea su creencia religiosa. El Papa sabe que lo reciben, escuchan y respetan en todo el mundo.

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