El palo no está para cucharas

César Tulio Laserna Ruiz

Los que saben sobre la justicia transicional vienen dando fórmulas que tienen sentido, motivo y finalidad. Las comparto. Lo anterior teniendo en cuenta la justicia nuestra, la internacional, lo que piensa la clase dirigente, los guerrilleros y el común de la población.

Es claro que no se puede esperar que los líderes de la guerrilla acepten ir a la cárcel para permanecer en ese lugar como si hubieran sido derrotados en el campo de batalla, eso no ha ocurrido y tampoco se ve como posible en el futuro inmediato.

De otro lado nadie puede entender que estos queden libres ejerciendo la política como si nada. La salida entonces tiene que ser intermedia, algunos hablan de la justicia restaurativa, es decir, que estos señores aporten una cantidad importante de los recursos que tienen en caletas o en los bancos internacionales para reparar a las víctimas, indiquen cuáles son las rutas del narcotráfico que han venido utilizando, les den libertad a los secuestrados que todavía tengan en su poder, señalen los lugares en donde tienen enterrados a los que ejecutaron o murieron en cautiverio, se comprometan con el Estado y con la ciudadanía a no volver a incurrir en las actividades que tanto daño causaron.

Es un hecho cierto que las Farc son un cartel importante, diríamos que están entre las tres más grandes del mundo dedicados al cultivo, elaboración y distribución de la droga en sus diferentes formas. Eso lleva a considerar que estos señores, ya sin armas, con el acuerdo firmado, se dediquen a recuperar las zonas donde estuvieron delinquiendo por años, trabajando en vías de comunicación, en sustitución de cultivos y mejoramiento de la infraestructura en general. Hay que construir escuelas, hospitales y tecnificar los cultivos de pancoger.

La sanción por sus actos contrarios a la humanidad se puede concretar en que no pueden aspirar a cargos de elección popular sino después de 4 o 5 años. Adicionalmente el tiempo que lleva la negociación y que los tiene a ellos en Cuba, podrían ser tenidos en cuenta como parte cumplida de la pena, toda vez que se dedicaron a buscar una salida al problema. Los periodos de tregua deben ser considerados en ese mismo sentido y para todos los insurgentes que están en el territorio colombiano. Los líderes están acostumbrados a una vida muy cómoda, llena de lujos y de comodidades. Tienen mucha plata en los bancos internacionales que no exigen nada sobre el origen del dinero.

No se puede olvidar que el pueblo colombiano no los va a apoyar en sus propósitos políticos de la noche a la mañana y eso ellos lo saben. Con todo están en un proceso de paz y eso hay que valorarlo. Se dice por parte de los expertos que la justicia internacional no se mete en esto de las fórmulas aplicables, basta con que la justicia interna de cada país maneje adecuadamente el tema y eso dado la experiencia que a nivel mundial se conoce respecto de casos similares ya resueltos.

A esto hay que ponerle sentido común y por lo tanto ser muy prácticos. No se puede dejar de lado que en este momento Colombia tiene mucho frente que atender, me refiero al problema del dólar, el precio del petróleo, el Fenómeno del Niño, las relaciones con Nicaragua, Venezuela y Panamá. Por eso el proceso de paz hay que sacarlo a adelante.

@lasernar1

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