Para la lectura del discurso del presidente Petro el día de su posesión, es necesario despojarse de todas las caretas, prejuicios y animadversiones y analizarlo objetivamente.
Hubo hace cuatro años un embaucador que se hizo elegir con proyectos como los de la economía naranja, para que fructificaran y fortalecieran un modelo de desarrollo, en el que la diversidad cultural y la creatividad fueran pilares de la transformación social y económica del país desde las regiones. Cuatro años después, ad portas de entregar su mandato, la comisión de empalme del próximo presidente plantea que “Todavía no está claro a que se refería el gobierno, cuando habló de economía naranja”.
Cuando Linda Caicedo recibió el balón, y eludió a la defensa y soltó su zurda para anidar el balón en el pórtico de Argentina, no solo marcó el paso de la selección Colombia a la final de la Copa América, sino que se volvió a destapar la caja de Pandora y en el estadio Alfonso López de Bucaramanga volaron todos los males y desgracias por la que ha tenido que pasar ella y el fútbol femenino para alcanzar un reconocimiento que las empodera como una potencia suramericana, a pesar de la decidia de los mal llamados dirigentes del fútbol colombiano.
Duque es el presidente con menor popularidad de los últimos años. Entronizó el odio como factor de gobernabilidad; los eufemismos como retórica de sus desaciertos; el rencor visceral contra sus enemigos, como base de las relaciones internacionales; viajó por el mundo disertando sobre algunas de sus estadísticas mentirosas; llenó las pantallas de la televisión con sus informes pandémicos, dio el salto para entregar un país atado a la deuda externa y colocó un grupo de sus leales amigos entronizados en los entes de control.
Colombia es un país signado por las guerras y las violencias durante toda su existencia. Una respuesta a las causas de estas violencias se ha tratado de encontrar en las investigaciones adelantadas por académicos nacionales y extranjeros, mediante la búsqueda de una verdad necesaria e indispensable para restañar heridas, reestructurar el Estado y generar políticas públicas que contribuyan a tener un país equitativo, incluyente y participativo.
La música y la literatura tienen una relación estrecha de vieja data. Desde los orígenes mismos del mito y la poesía se han permeado mutuamente y sus vínculos siguen sólidos, por ejemplo en la novela, donde se elaboran obras construidas a partir de las estructuras, las temáticas y las letras de las canciones, como es el caso de “Querido amigo quisiera” de Eduardo Mendoza Carmona, sobre los versos de una canción popular arraigada desde mediados del siglo XX que le sirve al autor ibaguereño como pretexto para aproximarnos a la vida de Oscar Agudelo Márquez, un tolimense nacido en la población norteña de Herveo y que logró convertirse en un verdadero cantante popular, cuyas letras han tarareado generaciones enteras.
Todas las sociedades tienen en su “tradición”, el cordón umbilical que les ha permitido explicar su origen y forjar los elementos que han ido construyendo su identidad. La “tradición” se centra sobre la repetición y se explicita con la realización de festividades que son el escenario donde se pretende evidenciar las costumbres que han cohesionado los elementos simbólicos y han generado imaginarios colectivos, no siempre ligados a la racionalidad. Las tradiciones no son exclusivamente para recordar idílicamente el pasado, sino también sirven como medio para dejar testimonio de la evolución de la sociedad.
Para no aumentar el estrés que me produce la degradación de la política colombiana, he optado por leer solo notas insólitas y EL NUEVO DÍA del pasado martes, me suministró una perla que me recordó la lectura de “Cien Años de Soledad”, con su arsenal extraordinario de hechos mágicos, llenos de humor e hipérboles.
La jornada electoral del domingo, a pesar de las expectativas y presagios, transcurrió en relativa paz; se disminuyó un poco el abstencionismo y las denuncias por la falta de transparencia del proceso. Los resultados se dieron oportunamente y fueron muy cercanos a lo planteado por algunas encuestadoras.