Cuidado con los remedios mágicos contra el Covid-19

libardo Vargas Celemin

En la pandemia por la que estamos atravesando surgen innumerables alternativas en el imaginario popular para la cura del Covid y hasta individuos empotrados en el poder gubernamental o provenientes de otros sectores que aprovechan esta circunstancia para tratar de incidir en amplios sectores de la sociedad y llevarlos a cometer errores que pueden conducir a su propia muerte. Muchas son las recetas y las afirmaciones que encontramos amplificados en las redes sociales, en los comentarios callejeros y hasta en los medios de comunicación que potencian plantas, fármacos, prácticas y rituales acompañados de testimonios que tratan de generar confianza, sin investigaciones previas.
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En la fabricación de medicamentos se utiliza el método de ensayo – error y después de muchas pruebas y análisis se sacan conclusiones, por eso esta actitud de ir recetando sin tener idea de lo que dicen, producen graves problemas en las personas desesperadas que se aferran a cualquier medio y ponen en peligro, no solo su integridad física, sino también su salud mental. Ahora resulta que cualquier charlatán, sin tener conocimientos de medicina, se convierte en la esperanza de muchos ignorantes. Tres ejemplos bastan para argumentar estas consideraciones.

El primero se dio iniciada la pandemia, por parte del expresidente de los Estados Unidos, que se negó a usar el tapabocas y recomendó a sus seguidores tomar Hidroxicloroquina. Algunos medios hablaron sobre intoxicaciones de varios de ellos. Mientras el virus tuvo espacio para su expansión, hasta el punto de que hoy las estadísticas hablan de más de 400 mil muertos y ubican el país en el foco de la pandemia mundial con más de 25.4 millones de contagiados.

El segundo caso es de reciente ocurrencia. El domingo anterior en un programa de televisión, el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, recomendó la panacea contra el coronavirus 19: “Diez gotitas debajo de la lengua cada cuatro horas… y el milagro se realiza, es un poderoso antiviral” y más tarde habló de un proceso de nueve meses de ensayos e investigaciones y, en un acto de populismo, dio su nombre: “Carvativir”, y las llamó “gotas milagrosas” del médico José Gregorio Hernández, quien ha sido considerado beato por la iglesia católica y tiene muchos creyentes en Latinoamérica, también anunció que había sido reconocida por entidades nacionales e internacionales.

La tercera muestra de esta desafortunada actitud que se repite en muchos países del mundo fue protagonizada por la DJ, modelo e “influencer” Natalia París promocionando el dióxido de cloro, un desinfectante de objetos, no apto para el consumo humano, como el bálsamo contra el Covid y otras enfermedades, lo cual constituye una gran mentira.

Cuidado, la ingenuidad e ignorancia son dos caminos expeditos que conducen hacia una estafa y posiblemente hacia la muerte.

LIBARDO VARGAS CELEMIN

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