Plagio, otra forma de corrupción

libardo Vargas Celemin

El nuevo escándalo que sacude al mundo académico y político de nuestro país, hace parte de una conducta que se presenta con alguna regularidad, especialmente en la obtención de títulos, al igual que en la producción intelectual de docentes o alumnos. Esta vez la protagonista es Jennifer Kristin Arias Falla, presidenta de la Cámara de Representantes y coautora del trabajo de grado para optar por el título de “Maestría en Gobierno y Políticas Públicas”, de la Universidad Externado de Colombia, en el año 2016.
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Esta universidad, al enterarse de las denuncias adelantadas por el Portal “PlagioSOS” aparecidas en octubre del año anterior, abrió una investigación, y con la tecnología existente encontraron las evidencias denunciadas y ratificadas en el informe de un experto que dice: “Es ostensible la cantidad de textos reproducidos literalmente (plagio servil) o deliberadamente parafraseados, en donde basta la simple lectura para deducir la forma en que tales fragmentos llegaron al trabajo analizado”. 

Una denuncia de estas proporciones en otro país causaría  la renuncia inmediata de las personas implicadas en esta  falta  contra la  ética y violación de los derechos de autor, mientras en Colombia el partido de gobierno y sus aliados, a sabiendas del lío que tenía con su título, no les importó ungirla como máxima autoridad de la Cámara de Representantes, donde ha cometido algunas fallas como la  folclórica situación en que   ella le ordena, en plena votación de la reforma a la Ley de Garantías,  a un  representante  del partido de la U. para direccionarle el voto:  ¡Anatoliooo, vote Si!

En las declaraciones, Arias niega lo sucedido y plantea que no se le ha respetado el debido proceso. Sin embargo, extrañamente su compañera de tesis radicó un documento el pasado 5 de noviembre, en el Externado, con el argumento de que este era el trabajo definitivo. ¿Cinco años después? 

Roberto Fernández Díaz, rector de la Universidad de Lleida en España. Afirmó en una entrevista publicada el 18 de septiembre del 2018 en el diario El País que: “Más que el tema económico o cualquier otro, el plagio intelectual es la peor corrupción que puede haber en la universidad, porque quiebra la confianza de todo”. Pero en Colombia, la injerencia de la politiquería hace que las investigaciones se diluyan y mucho más si los presuntos autores corresponden a las altas esferas del poder. Además, porque en una sociedad donde no se valora la inteligencia, ni la creatividad, poco importa el respeto a los derechos morales y patrimoniales. 

Se espera que el gobierno, la justicia y los partidos en el poder, no entorpezcan esta investigación y las implicadas sean vencidas o exoneradas, en un juicio transparente, sin ningún asomo de triquiñuelas, ni jugaditas, a las que nos tienen acostumbrados.

 

LIBARDO VARGAS CELEMIN

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