Surgida desde los socavones de la opresión

libardo Vargas Celemin

Desde su nacimiento en una modesta casucha, en una vereda del municipio Suárez en el Cauca y anegada de necesidades, una niña afrodescendiente comenzó a transitar el camino de las privaciones y a sentir el golpeteo de tambores y cununos, suavizados por la melancólica voz de las marimbas
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Fue creciendo con las privaciones de su gente y el triste y lejano murmullo de los ecos que venían del pacifico, mientras iba intuyendo la lucha que debía adelantar para salir de la marginalidad que, como negra y mujer, era necesario vencer en su existencia para conquistar el hervor de la sangre y el ritmo de su cuerpo, impulsada por la fuerza ancestral de su origen.

Como tantas adolescentes y jóvenes colombianas quedó embarazada y le tocó enfrentar la vida para lograr la manutención de su hijo y la libertad de su comunidad. Fue minera en los oscuros socavones donde la muerte acecha y el oro se esconde.

Un día tarareando una canción de Esteban Cabezas Rher tomó una decisión: “Aunque mi amo me mate/a la mina no voy/yo no quiero morirme/ en un socavón/”. Salió de allí a buscar futuro, pero solo encontró el único oficio que la sociedad había reservado para las mujeres de su etnia.

Sin embargo, nunca se amilanó de su condición, por el contrario, comprendió que con la unión de los suyos podría hacer respetar los derechos conculcados y se lanzó a organizar su comunidad, a dirigir marchas, a defender el medio ambiente y los derechos humanos, a detener la minería ilegal, a fundar organizaciones que visibilizaran la problemática de sus cabildos.

Se tituló con grandes esfuerzos como abogada en la Universidad Santiago de Cali, obtuvo en 2018 el Premio Golmand Enviromental y en los años siguientes recibió reconocimientos a nivel nacional e internacional. Al ser elegida como fórmula vicepresidencial de Petro, despertó una polémica donde la estulticia y el odio racista de las élites del poder han aprovechado para desahogar su rencor, contra una mujer afro y, como ella misma lo dice: “Por hacer parte de quienes alzan la voz para parar la destrucción de los ríos, bosques y páramos.

“De aquellos que sueñan en que un día los seres humanos vamos a cambiar el modelo económico de muerte, para darnos paso a construir un modelo que garantice la vida.”

Francia Elena Márquez Mina, con su sonrisa alegre, con su vestimenta colorida y sus accesorios tradicionales, pero también con la claridad de sus ideas y la seguridad de conocer la compleja maraña de violencia, narcotráfico, discriminación y abuso de poder, es la fórmula ideal para que acompañe esta propuesta de cambio del Pacto Histórico, en la conquista de la utopía que siempre hemos creído posible. 


 

LIBARDO VARGAS CELEMÍN

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