País de violencias y miedo a la verdad

libardo Vargas Celemin

Colombia es un país signado por las guerras y las violencias durante toda su existencia. Una respuesta a las causas de estas violencias se ha tratado de encontrar en las investigaciones adelantadas por académicos nacionales y extranjeros, mediante la búsqueda de una verdad necesaria e indispensable para restañar heridas, reestructurar el Estado y generar políticas públicas que contribuyan a tener un país equitativo, incluyente y participativo.
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En el prólogo del libro “Basta ya”, publicado por el Centro Nacional de Memoria Histórica en el año 2013, hay un epígrafe del filósofo e historiador búlgaro Tzvevan Todorov, que condensa esa necesidad de buscar la verdad: “El mal sufrido debe inscribirse en la memoria colectiva, pero para dar una nueva oportunidad al porvenir”. 

Sin embargo, en nuestro país ha sido una lucha por lograr esclarecer crímenes, desapariciones y secuestros. Cientos de personas han caído como respuesta a la búsqueda de sus familiares y muchas víctimas siguen en fosas anónimas o sus cuerpos desperdigados en el territorio. Esta situación de Derechos Humanos hizo que el gobierno creara el Centro Nacional de Memoria Histórica que, a partir de 2011 es el encargado de “contribuir al deber de memoria del Estado con ocasión de las violaciones ocurridas en el marco del conflicto armado colombiano”. Inicialmente este establecimiento oficial que tuvo como director al tolimense Gonzalo Sánchez, logra avanzar en la recuperación testimonial, el trabajo documental, las publicaciones y las actividades con las víctimas, pero al llegar el actual gobierno nombró al polémico Darío Acevedo, quien abiertamente expresa sus aproximaciones ideológicas al partido de gobierno, diseña políticas de negación, y muestra una visión parcializada, negando muchas veces la participación de las víctimas. 

De otra parte en los Acuerdos de Paz de La Habana, se estableció la “Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, como un mecanismo de carácter temporal y extrajudicial del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición - SIVJRNR, para conocer la verdad de lo ocurrido en el marco del conflicto armado”. Desde que llegó Duque al poder expresó su desacuerdo con esta instancia y mediante subterfugios intentó desconocer esta necesidad. Pese a las trabas y su no presencia de Duque, el pasado 28 de junio se presentó un informe sucinto de los principales hallazgos y recomendaciones claves, que conduzcan a lograr una sociedad que pueda convivir en paz y alcanzar la reconciliación, sin acudir a la violencia. Inmediatamente surgieron una serie de críticas de las fuerzas oscuras responsables de tantos actos tenebrosos que sucedieron en este país. 

Si queremos consolidar la paz debemos darle la cara a la verdad, por dura que parezca, porque con este insumo, como lo dice la Comisión: “Hay futuro si hay verdad”.

LIBARDO VARGAS CELEMÍN

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