Pueblito tolimense con carriel

El pasado jueves 26 fue noticia lo que parece un despropósito. Titulaba EL NUEVO DÍA en primera página ‘Pueblito tolimense con fachadas paisas’, en referencia a lo ordenado para un sector en El Salado.

Al revisar el DECRETO MUNICIPAL Nº. 1000-0672 (18 de octubre de 2013) vemos que dentro de sus consideraciones iniciales está la de “no perder la identidad cultural, arquitectónica e histórica del Pueblito Tolimense”. Entre los objetivos del decreto está el de “Consolidar el proyecto denominado “Pueblito Tolimense”,... el cual conceptualmente es la representación de la imagen colectiva de un pueblito típico del departamento del Tolima”. El proyecto se refiere a nueve manzanas y en la parte resolutiva establece, en el Artículo 34 que “la única tipología de vivienda que podrá aplicar los dos pisos en su fachada, será el tipo Antioqueño”. No queda claro qué pasa con las de un piso.

Pues bien, aquí tenemos que hacer varias preguntas: Primero, ¿qué es un pueblito típico del departamento del Tolima? ¿Será acaso Roncesvalles o cualquiera de los pueblos de cordillera con sus casas de madera y las calles empedradas? ¿O tal vez lo sea Ambalema con sus hermosas casas de tierra caliente? De pronto el ejemplo sea Honda con su Calle De Las Trampas, o La Chamba, Coello u Ortega, llenas de casas de bahareque y techos de palma. En la tierra fría se asentaron los paisas al final del siglo XIX y principios del XX. En la llanura caliente la tradición es diferente y lo “típico” difiere en los dos casos. No sé contestar qué es un pueblito típico tolimense.

La segunda pregunta es ¿qué es fachada de tipo antioqueño? Tal vez lo sea la fachada de la Catedral Metropolitana de Medellín, toda ella de ladrillo a la vista. O una de esas fachadas de dos pisos que hay en la Carrera Girardot de Medellín, que parecería de estilo republicano. También podría ser de tipo antioqueño la fachada de la Estación Cisneros del Ferrocarril de Antioquia, al lado de La Alpujarra. O la fachada del Edificio Coltejer. Tal vez el modelo sea el de la Alcaldía de La Ceja (de dos pisos y balcón a todo lo largo) o la casa cural del corregimiento de San José en el mismo municipio. Podría ser, también lo que vemos en el bello municipio de Jardín o en Santafé de Antioquia, todas ellas, fachadas muy diferentes pero paisas.

Lo que observamos aquí es la elaboración descuidada de una norma, dictada sin saber qué era lo que se quería representar al “no perder la identidad cultural, arquitectónica e histórica del Pueblito Tolimense”y sin conocer, tampoco, cómo era en el sentido conceptual la representación de la imagen colectiva de un pueblito típico nuestro. Cuando definan qué es un pueblito tolimense, definan entonces la tipología de las fachadas sin copiar una definición imprecisa de otras regiones. Mientras tanto, deroguen ese Decreto Municipal mal jotiao.

Credito
JULIO A. LONDOÑO B.

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