Fotomultas III

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En dos columnas anteriores he dicho que es obligación oficial el disuadir la infracción de las leyes de tránsito y que, entre los medios disuasivos, la instalación de elementos automatizados (como cámaras fijas y móviles) es pertinente y adecuado para identificar y sancionar a los infractores.

Dicho lo anterior, miremos ya no la conveniencia técnica sino la conveniencia económica del “negocio” de las fotomultas. Por todo lo que se ha oído recientemente, por las reculadas de algunos concejales, por las declaraciones de algunos políticos, ponderadas unas y politiqueras y oportunistas otras, siente uno un olor acre en este tema.

Elaboraron un estudio que no se utilizó en su integridad ante el Concejo de la ciudad para que diera una autorización que, por lo visto y oído, se expidió sin que los concejales que votaron a favor supieran lo que estaban haciendo. Es que, si hay congresistas que votan sin leer, ¿qué podemos esperar de ciertos ediles? Y resulta que, también, hay medio ocultas un par de propuestas de APP presentadas por el mismo individuo a nombre de diferentes personas jurídicas. Estas propuestas no se han dado a conocer cabalmente al público. ¿Secreto de Estado, o secretismo necesario? Lo menos que esperamos los ibaguereños, es que se nos diga, de inmediato, quiénes son los proponentes. Y que no nos salgan con una lista de sociedades. Es necesario y urgente conocer los nombres de las personas naturales que tienen la propiedad de las empresas y que serán, en últimas, quienes se apropien por 20 años, prorrogables, de las rentas públicas de las fotomultas, si es que las cámaras no las pone y las opera el Estado.

En el estudio que presentó el ingeniero Méndez, se presenta la copia, casi ilegible en las fotocopias que conseguí, de tres mapas de siniestros en Ibagué, sacados de un “Plan Local de Seguridad Vial de Ibagué (Plsvi)” y dice que “Los mapas de calor son muy evidentes y hablan por sí mismos”(SIC). Sugiere una “Solución tecnológica” sacada de la página web de la alcaldía de Medellín. Señala que tenemos 88 intersecciones con semáforos y sin expresar argumentos concluye que “Sin embargo, el número de intersecciones semaforizadas es bastante importante, lo cual permite determinar que se deben instalar por lo menos en 12 intersecciones, los dispositivos o cámaras de detección de infracciones por paso de semáforo en rojo…”. Confieso que no supe por qué deben ser 12 y no seis o 43. El estudio sigue en la misma tónica y, en la próxima semana, miraré el apartado 8. Viabilidad Financiera. Ojalá que estas reflexiones lleven a que no se haga otro negociado en Ibagué.

Otra cosa: ¡Qué horror el estado de la entrada y salida de Ibagué a La Variante! Por la calle 25, en el tramo que no arreglaron, lo que antes eran huecos incómodos y dañinos son ahora cráteres profundos por donde no se puede circular en carro. ¡Bonita despedida y saludo a los viajeros!

Credito
JULIO A. LONDOÑO B.

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