Del pago de peajes

Julio A Londoño B.

No hay nada más aburridor y estresante para el conductor de un vehículo que la aproximación a un sitio de peaje. Primero, para saber el valor a pagar. Porque ponen un aviso lleno de datos, de tamaño insuficiente para la lectura rápida. Segundo, hay que ponerse a preparar el dinero para el pago, mientras se conduce. Y tercero, hacer la cola, que en ocasiones puede ser larga, de decenas de minutos, para acceder al punto de pago. ¿Cuándo implantarán un sistema de peajes unificado en todo el territorio nacional? Un sistema que permita el pago automático o por lo menos electrónico del impuesto, tasa o contribución, de manera muy rápida y, ojalá, sin necesidad de detenerse.

Los peajes deberían tener en Colombia todas las facilidades que permite la tecnología. Dispositivos en los vehículos con peajes prepago o con cuenta de cobro mensual postpago, que permita pasar por el peaje sin detenerse y obviar así los trancones. Tarjetas prepago o algo por el estilo que permitan pagar el peaje mediante una parada muy corta (de segundos) en donde el conductor pase la tarjeta por un dispositivo y listo. Que el mismo dispositivo sirva en cualquiera de las vías concesionadas y también en los peajes que administra el Invías. Que sea igual el sistema de pago (sin billetes) tanto en La Guajira como en Nariño.

Como es inevitable que algunos conductores deban pagar con dinero en efectivo (porque se les agotó el prepago, o porque no tienen un dispositivo, o por cualquiera otra razón), debe haber un carril exclusivo para esos casos, de manera tal que ellos hagan las colas pero que la inmensa mayoría de vehículos puedan pasar por los demás carriles, sin parar o con una detención muy corta. Ojalá tengamos una solución rápido, para que imitemos a países más desarrollados como Bolivia, por ejemplo.

Otra cosa: Ayer en una noticia sobre el Río Combeima el gerente de Ibal mencionó que hay normalidad, que hay agua y que, si disminuye, hay planes de contingencia. Que las lluvias recientes no han generado daños en la bocatoma y que, ¡asombrémonos!, “lógicamente están los daños sufridos en diciembre en 2011 por la temporada invernal”. Por Dios, estamos en 2015 y ¿no han corregido esos daños, de 2011?

Y otra cosa: Informa el Ibal que el daño en la calle 11 se debe a una fuga de agua que no se sabe si es del Municipio o del hotel Ambalá. En primer lugar, los daños de acueducto no son del Municipio, sino del Ibal (así este le pertenezca a aquel). Y, segundo, arreglen y después decidan quién era el responsable. Porque, sin meter mano al asunto, el hueco nunca va a sacar un aviso diciendo de quién es la responsabilidad.

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