Segundo congreso comunal por la paz

Rodrigo López Oviedo

Convocado por la Confederación Nacional de Acción Comunal y la Federación del Tolima del mismo sector, del 19 al 21 del corriente mes de diciembre se realizó en Ibagué el II Congreso Nacional Comunal de Derechos Humanos y Construcción de paz.

En tal evento, que bien merece calificarse de exitoso, diversas personalidades vinculadas al proceso de paz dieron su versión acerca de su implementación, de lo cual resultó claro que una es la posición de los funcionarios del Estado, llamados, como es lógico, a reclamar el aplauso de los concurrentes y otra la del movimiento comunal, que con pavor observa cómo se está masacrando a sus líderes, al igual que a los de otras muchas organizaciones sociales, incluido el partido Farc, solo por exigir el cumplimiento de los acuerdos, demandar el respeto a los derechos humanos, defender el planeta y reclamar el desmonte del paramilitarismo, entre otros motivos.

Esas posiciones críticas fueron puestas en evidencia por un sinnúmero de víctimas, las cuales dejaron constancia de su afectación, unas públicamente, otras de forma privada, sin que hubiera factor de violencia alguno –guerrilla, paramilitares, o fuerzas de seguridad oficiales- que se salvaran de sus señalamientos.

Igual suerte corrió el Estado. Muchos de los asistentes manifestaron inconformidad por su casi nulo interés en la implementación y por la forma como somete a los comunales amenazados a un trámite cuya duración no guarda relación con la inmediatez del riesgo y la angustia a que quedan sometidos el amenazado y, aún más, sus familiares. Sobre el particular, valdría la pena que se estudiara la posibilidad de ofrecer alguna medida de protección provisional, mientras se valora la intensidad del riesgo y se toma la decisión definitiva.

Pero también la problemática social general fue objeto de pronunciamientos. De especial preocupación fue la relacionada con la desatención a los reclamos que quedaron consignados en los 13 puntos del pliego que se viene agitando desde el paro del pasado 21 de noviembre. Estos puntos tienen que ver con problemas que, según lo señala la declaración aprobada en las postrimerías del evento, existen hoy, o existirán a partir del momento en que entren en vigencia las medidas que ha aprobado el Congreso, o apruebe las que le presentó el Gobierno nacional. Sobre el particular, este II Congreso de Paz respaldó las movilizaciones sociales en curso, y llamó a todos los comunales a participar activamente en ellas y en paz.

De esta manera, el movimiento comunal interpretó más cabalmente el sentimiento nacional, a diferencia de lo ocurrido en Neiva, en su XXVII Congreso Nacional ordinario, caracterizado más por los aplausos que por los reclamos.

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