¡La plata o la vida!

Luis Fernando Garibello Peralta

Cada cierto tiempo la naturaleza se encarga de purgar la especie y eso de cierto modo lo estábamos esperando como consecuencia del impacto de un meteorito y para ello, telescopios gigantescos monitoreaban el espacio buscando qué roca nos golpeara, como si esto pudiera ayudar en algo.
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Otro riesgo sugiere el cambio climático; era nuestro temor más recurrente hasta hace un mes, y aunque millones lo veían lejano, se modelaron inundaciones de ciudades enteras como consecuencia del aumento en el nivel de los océanos entre tantas tragedias imaginadas, pero esto en otro siglo y que nuestros hijos o nietos resolvieran dicho lío nosotros no, demostrando con ello, que nuestro egoísmo es del mismo tamaño de las tragedias que hemos pensado que nos “debían” acabar.

Pero resultó que el Covid-19 nos salió adelante, nos puso a pensar como especie soluciones para todos, no para mí, para todos. Ningún gobierno se preparó para la batalla microscópica de un enemigo que se mide en nanómetros. Siempre se jugó con ese “chiste” del ladrón que ponía a su víctima contra la pared y en tono amenazante le preguntaba: ¿la plata o la vida? Llegó este momento, y a pesar de todo muchos analistas y gente “del mercado” siguen con su egocentrismo poniendo a su dios dinero por delante, escucho y leo como se alborotan: ¡Cómo cierran fábricas! Cómo no trabaja la gente dicen algunos jefes… se rehusan a cancelar conciertos, partidos de fútbol, se resisten a enviar a sus funcionarios a casa a pesar de gripas evidentes entre los compañeros de trabajo, se cancelan congresos, nos resistimos a que la caja registradora siga sonando, nada más egoísta con la especie humana.

Thanos estaría feliz viendo su sueño cumplido diciendo: somos muchos y cada vez menos recursos, la purga de la especie su mayor anhelo: más aire, más recursos naturales algo que se viene reclamando hace tiempo, por otro lado, Gordon Gekko muy molesto, iracundo viendo caer los mercados, cierres de fábricas y especulando con ello, ambos personajes ficticios se hacen reales hoy en el mundo y en Colombia donde acaparamos por estos días, desperdiciamos mientras otros de manera delictual, inflan los precios de la comida entre otros. Nunca pensamos qué hacer en un caso de estos, ningún país del mundo está preparado, nos tocó simplemente a nosotros, pues la última pandemia que afectó al planeta entero fue hace 60 años, incluso citamos la dama española de 1918 donde ninguno de los que caminamos actualmente existía por entonces. Algunos se creen inmunes porque se dijo que el virus afectaría solo a “viejos” como si esto fuera motivo de alivio, con uno solo de nuestra especie que se pierda; joven o anciano, ya es motivo de tristeza, hasta dónde llegamos que creemos a la muerte como algo que le “deba pasar” a unos y a otros no.

La evolución ha enseñado muchas cosas a lo largo del tiempo y una de ellas es que la naturaleza se purga así misma y escoge tanto a sanos como a enfermos, a viejos y a jóvenes, a hombres y mujeres, en general, esta especie de “suerte” dirán muchos nos toca a todos por igual lo que sí nos debe poner a pensar qué hemos hecho con nuestras vidas, con nuestras ambiciones, y descubrir que somos frágiles, que somos una especie susceptible y finita, mortales al fin y al cabo, que por más que hayamos ido a la cercana luna, he inventado misiles balísticos, o juguemos muy bien al fútbol, hoy tiene de lejos, más valor una enfermera que una súper estrella del deporte, que a pesar de nuestro orgullo, odios, envidias, egoísmos y egos que suben y suben como el humo, siempre tendremos un final, que el miedo causado por un virus al que solo podemos mirar por medio de un microscopio electrónico nos tiene contra las cuerdas presos del pánico, imaginando en la inminencia de la muerte, pues nunca pensamos que estas generaciones tuviésemos que lidiar con ello, así como cuando tiramos el aceite usado en el lavaplatos, o bolsas plásticas, papel o colillas en la calle diciendo: no es nuestro problema, el lío es de otros. Hoy nos damos cuenta que cada acción nuestra tiene una consecuencia en alguien en cualquier lado del mundo y las costumbres alimenticias y en materia de salud pública ocurridas al otro lado del mundo, nos pusieron al borde del abismo.

Como dijo alguien que quiero mucho: “A escala planetaria, si la tierra fuera un individuo, nosotros somos el virus que la invadió y la está matando y los virus que nos están matando, son los anticuerpos que produjo la tierra”.

LUIS FERNANDO GARIBELLO PERALTA

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