La economía evolutiva, la única realidad

Luis Fernando Garibello Peralta

Tal vez el Covid-19 sea el último aviso que tendremos como especie para modificar nuestra economía, en especial en países como Colombia, exportador de materias primas.
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La actual no es tan solo una crisis sanitaria o moral, esto lo sabemos hace años, tampoco es el fin del capitalismo como sugieren algunos acomodados por estos días tratando de resucitar tesis olorosas a naftalina, pues este sistema económico es precisamente consecuencia de la evolución misma, mientras que el socialismo que nunca funcionó por la incapacidad de sus líderes, propone la igualdad abajando a los demás, no de ellos ni destacando el ingenio sin el odio y el resentimiento, no más recordemos cuando en la Unión Soviética decidieron colectivizar la agricultura, esto condujo a una hambruna que mató a sus propios campesinos que paradójicamente producían comida. 

En la falsa ilusión de desarrollo tecnológico que creemos son los celulares, y el orgullo desde la perspectiva básica que nos da poseer el último modelo no lo es. Nuestros teléfonos son en efecto, una verdadera pieza de la guerra fría: el procesador es una versión mejorada de algo que se inventó en los 70’s el Intel 40/40, la cámara es un producto de los sistemas de espionaje que se usó para fotografiar los misiles soviéticos en Cuba hace 60 años, con la velocidad de procesamiento que usamos para chatear, a finales de esa misma década lanzaban cohetes, el touch screen fue un experimento que existió en los 80’s en laboratorios de biotecnología norteamericanos, entonces tenemos una reliquia que estamos empezando a conocer y ni siquiera la sabemos usar, tan solo elaboramos videos animados para subir a aplicaciones con el único propósito de tener miles de likes, algún día para cumplir así la sentencia de Andy Wharhol: “En el futuro todo el mundo será famoso por 15 minutos” La pregunta: ¿qué estamos haciendo con esta tecnología? ¿Memes, chats? Esto es desarrollo tecnológico? Por supuesto que no lo es. Mientras que lo que creemos evolución se circunscribe a la telefonía celular y a las redes sociales, muchos otros sectores no tuvieron desarrollo científico y es donde hay una oportunidad. La tecnología por supuesto transformó la forma de comunicarnos, de hacer compras, de trabajar y de entretención, pero no es lo único ni lo máximo que podemos hacer con esto, tan solo nos ha servido para eso, para “conectarnos” mediante su uso cotidiano desperdiciado en estos escenarios desinformando, digitando discursos de hostigamiento y odio, desnudando aún más nuestras bajezas.

Lo que está pasando en inteligencia artificial, 5G, el big data, Internet de las cosas aplicadas a los temas militares, la industria farmacéutica, la agricultura, en robótica con Boston dinamics por citar una sola empresa, es sencillamente impresionante. En la guerra fría se creó la Nasa y ahí vino el desarrollo de verdad, la revolución estuvo en el microondas, en los semiconductores estos sí han sido avances. No se trata de volver al uso de la cascarilla de arroz color fucsia que se vendía en la plaza de la 14 y se usaba para brillar ollas y tapar los sifones de las casas, lo que nos va a salvar en ingresos y empleo es la educación, pero no la que plantea Fecode, la ciencia, la ingeniería, el saber hacer cosas. 

El balance que debemos hacer como Gobierno, regiones y Latinoamérica, es que no somos productivos, y cuando uno ve el monopolio de la manufactura en China, es preocupante; un ejemplo sencillo es el que ningún país de América pueda fabricar un ventilador para salvar vidas, esto es gravísimo más por estos días, y así pasa con muchos de los medicamentos, insumos, tintas y tantas cosas que a diario consumimos que se hacen en China. Lo anterior sucede porque las cadenas de suministro dependen en su totalidad de ellos, descubriendo nuestra vulnerabilidad enorme. Las economías que tiene base instalada tecnológica, que hacen cosas, se pueden defender, es el caso de Alemania adecuando sus cadenas de valor internas para afrontar esta necesidad, Corea del Sur implementando de manera veloz pruebas y su propia infraestructura de producción, y en China más allá de que todos cuestionemos los datos sobre los contagiados y muertos por la pandemia, no le fue difícil prepararse y afrontar esta crisis y van ganando porque tenían capacidad de reacción. 

LUIS FERNANDO GARIBELLO

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