Los bancos, los funcionarios públicos y los medios

Luis Fernando Garibello Peralta

No había terminado mi pregrado en Derecho y asistí por razones laborales a un juzgado, donde un abogado litigante conocido por esos años en Ibagué por ser hijo de un señor que también fue abogado con mayor fama, le decía a un colega y también compañero de club: definitivamente la mejor especialización es la ganadería.
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Recuerdo este episodio ocurrido a mediados de los 90´s, para generar la discusión que siempre ha sido mitad verdad mitad mentira sobre la percepción que se tiene de que cualquier actividad agropecuaria es buena, y cómo lo perciben los funcionarios públicos y como lo reproducen los medios. Hace poco ocurrió un hecho que merece toda atención, unas quejas presentadas por un puñado de personas al parecer, porque Finagro no estaba atendiendo a los pequeños y medianos productores agropecuarios de este país “privilegiando”, según los quejosos, a grandes agroindustriales, bastó para que se le diera la categoría de “escándalo” a un trámite no solo legal sino que ha venido aplicándose por años con criterios técnicos establecidos por parte de la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario y el Ministerio de Agricultura. No fue, como quisieron señalar algunos: favorecimientos a “grandes”, queriendo convertir este episodio nuevamente en la trillada discusión ricos versus pobres.

El Procurador Delegado de tierras y medio ambiente dijo en entrevistas radiales y así lo escuché: (…) “que los recursos de fomento que obliga la constitución y la ley deben ser para los pequeños productores, que son protagonistas en esta pandemia porque son los producen el 70% de los alimentos que consumimos en este confinamiento…”, criticando a renglón seguido a los grandes productores sin ningún sustento real, continuó su entrevista: (…) “con el problema del petróleo y el precio del dólar, va a ser muy difícil comprar comida importada porque con estos precios no le daría accesibilidad a la mayoría de los Colombianos, requieren entonces a Finagro reconociendo que es una entidad bancaria de segundo nivel y a la cual no tienen acceso la gente que anda en el primer nivel de la ruralidad, los cuales a veces tienen una oficina del Banco Agrario cerca para hacer estos requerimientos…” luego agrega: (…) los créditos le llegaron a 900, 800 o 300 campesinos”.

Señala por último que la realidad de las finanzas públicas en el campo no está respondiendo a la realidad de la necesidad de este sector, que es el principal para atender la seguridad alimentaria, y más ahora que estamos consumiendo alimentos! Yo pregunto: ¿antes que comía este funcionario?

El conocimiento supino de lo que comemos deja enormes dudas de un ente investigador, pues sugiere que no come producción nacional sino importada, contrario a su argumento en defensa de la producción nacional, así como los ingredientes inclusos de algo esencial como lo es la crema dental que usamos a diario y cuyas materias primas en gran medida son importadas, cometiendo con estos comentarios enormes injusticias con el Ministerio, Finagro y sus funcionarios a quienes puso en su rostro un reflector inmenso y de paso en el escrutinio de Fiscalía además.

A finales de mayo solo el 28% de los dineros destinados para pequeños había sido usado por estos, no como sugiere; deberían darse por obra y gracia de la constitución y la ley, algo así como la tesis planteada por algunos economistas para salir de la crisis: tirar dinero desde un helicóptero…

En este caso, los créditos hay que pagarlos. Olvida también que los campesinos no siembran por sembrar o por capricho, hay condiciones de clima, tierra entre otras, el mayor problema no es el crédito, siempre ha sido la comercialización.

Tal vez Finagro pueda tener aspectos a mejorar, y es que todos conozcan las líneas, sin embargo, esto lo viene haciendo hace años en las regiones, o clasificar de otra manera a los productores, pero ante unas declaraciones de un funcionario que incluso reconoce que Finagro es un banco de segundo piso y quienes otorgan el crédito son los bancos de primer piso como el Banco Agrario, que es realmente el banco de los campesinos de los Colombianos, es tal vez el único que trabaja por y para los pequeños y medianos, valdría la pena que este funcionario en verdad hiciera siquiera un repaso espectral por el sector, la banca y la agroindustria.

LUIS FERNANDO GARIBELLO PERALTA

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