Un sistema de transporte colectivo para Ibagué

Manuel José Álvarez Didyme

Una obra de inaplazable realización.
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A raíz de la reciente publicación en este diario de un proyecto promovido por gentes del sector privado, ha retornado a la liza de la opinión local el tema del Metro de superficie o solución al transporte colectivo para esta capital, en tanto en cuanto el de la movilidad urbana es uno de los principales y más graves problemas que la afectan y que pesan en forma determinante en la valoración de la calidad de vida que realizan sus habitantes, -como se advierte en las encuestas-, por encima incluso de la inseguridad.

Porque, no obstante los intentos de racionalización del servicio de transporte que se han hecho y que en muy poco lo han mejorado, como el odioso denominado “pico y placa”, solo han logrado reducir el número de vehículos rodantes por breves y limitados espacios de tiempo, sin ponerle realmente término a los factores determinantes del problema.

Así que resulta oportuno, procurarle remedio a la movilidad de la urbe de la manera más eficiente y eficaz posible, mediante un sistema masivo, de bajo costo, rápido, seguro y respetuoso con el ambiente, tal como lo logró Medellín, gracias en su caso a una decisión política adoptada con el regionalismo propio de las gentes de Antioquia, al ponerle acento a un proyecto que interesaba a su tierra. 

Ejemplo que debe seguir el burgomaestre ibaguereño y capitalizar el proyecto que hoy se ofrece como una prioritaria solución para esta musical villa, dadas las muchas bondades de todo orden que presenta, pues con él se estaría dando positiva respuesta al querer ciudadano por parte de su gobierno, en el campo del transporte, convirtiéndolo de esta forma en algo de tal magnitud, que su solo planteamiento inclinaría la opinión en su favor, pues al acoger su resolución cierta y a bajo costo, estaría significando que a él si le preocupa la suerte de las gentes del procomún.

Y es que son de bulto, las dificultades que encara Ibagué cuando se estudia su anarquizada movilidad, y que se reflejan en el cuadro que diariamente nos brindan los numerosísimos vehículos de transporte público, -en su mayoría busetas de baja capacidad-, que congestionan y contaminan las escasas vías longitudinales que tiene la ciudad, disputándose agresivamente los pasajeros en unas mismas rutas diseñadas como asignadas en contravía de la razón, y que se mueven al ritmo que los conductores les quieran imprimir, de acuerdo con sus tiempos y necesidades, así estos no coincidan con los de los usuarios.

Circunstancia que ha venido complicándose con el transcurso del tiempo, por cuanto a nuestros gobernantes, –pasados y presentes-, les han faltado el carácter y la independencia necesarios para encarar los intereses económicos y políticos que hay en juego frente a este tema, dado al parecer que sus nexos de toda laya con los directivos del transporte público los inhiben y amedrentan.

Así que solo con la superación de tales temores y ataduras, podría encontrarse el verdadero sistema funcional y útil de transporte público que trascienda el caos y el desorden generados por la irracional “guerra del centavo”.

Una tarea inaplazable para Ibagué, que el modelo de Metro de superficie que la iniciativa privada le ofrece, aprovechando los corredores viales existentes, con el que se resolverían muchos de los problemas que hoy la afectan.

Ya antes, junto a la mía ha habido otras voces pronunciándose en tal sentido; lo importante es que ellas tengan eco en la comunidad, pero sobre todo en los varios niveles de la actual dirigencia gubernamental.

MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ DIDYME-DÔME

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