Una ciudad “hecha jirones”

Manuel José Álvarez Didyme

Al circular por las inmediaciones del añoso parque de Galarza, el más desprevenido de los munícipes puede observar la bandera de la ciudad que corona el monumento consagrado a ella, -otrora enhiesto símbolo y motivo de local orgullo-, hecha jirones, tal como se encuentra el resto de la ciudad, sin que la “Pandemia” o la alterada situación de orden público que se vive, puedan excusar tan decepcionante situación.
PUBLICIDAD

Calles deterioradas, zonas verdes enmalezadas por falta de mantenimiento, parques en mal estado de conservación, árboles descuidados y sin podar, semáforos fuera de servicio, y el principio de autoridad “por los suelos”; en fin un tejido urbano que evidencia incuria, dejadez y total abandono y extremado deterioro, que no alienta al optimismo, ni presagia que las cosas puedan mejorar sin la decidida adopción de audaces medidas de corto, mediano y largo plazo, enderezadas a optimizar lo existente y darle orientación definida y cierta a su futuro.

A tal punto que la actual circunstancia socio-económica de esta musical villa, demanda en su regencia, por su gravedad, tanto en la Alcaldía como en su Concejo, el cambio total de lo existente por ciudadanos de cuajada condición profesional, bien formados e informados sobre la realidad local y con propuestas serias, consistentes y estudiadas, de impacto para el mejoramiento, acompañadas de cifras y prospecciones de índole técnica y administrativa para la generación de un entorno propicio al desarrollo.

Porque en una ciudad con tasas de desempleo, pobreza e indigencia como las que viene mostrando el DANE, un nivel de ingreso inferior al de las demás ciudades capitales de iguales o semejantes características, con un bajo crecimiento financiero, y con unas altas tasas de informalidad y deserción escolar derivadas de la precaria condición económica de su población, no se ve como pueda obtener una transformación que de verdad la inserte en la corriente del desenvolvimiento que vienen presentando las restantes regiones del país en su conjunto.

Y es que, sin incurrir en hipérbole alguna, Ibagué demanda, acorde con sus actuales niveles de complejidad, una gerencia de alto nivel, preparada, desvinculada de camarillas y capaz de concitar el esfuerzo de las universidades, los gremios y las asociaciones comunitarias para ver de solucionar definitivamente el saneamiento financiero requerido, después de las funestas gestiones que la han antecedido; prudente en el gasto y consciente de la necesidad de priorizar las inversiones; con claro acento social, que se aplique, antes que nada, a deshacer los entuertos derivados del torpe estilo pendenciero y conflictivo del anterior burgomaestre y del estropicio de Luis H. y sus conmilitones, y a buscarle resolución pronta a los problemas que nos acucian, fundamentalmente en materias tan vitales como el empleo, el ingreso, la consecución de recursos y la generación de ahorro, y en los temas, vial y de transporte colectivo, habitacional y de saneamiento ambiental, educativo y de salud, y frente a la necesidad de complementación y mejoramiento de los precarizados servicios públicos, entre muchos otros.

Porque fundamentalmente la falta de una planeación física sólidamente estructurada y encomendado a incompetentes curadores, ha venido haciendo que el crecimiento de esta urbe sea totalmente anárquico; la precaria infraestructura carente de capacidad aunada al irracional manejo que se le ha dado a esta, pues la energía eléctrica sufre insoportables variaciones que afectan gravemente los equipos industriales y un servicio del agua que escasea repetidamente, todo esto acompañado de altos costos, ha determinado que los inversionistas la rechacen como su futura sede; todo ello aunado a un tránsito desordenado a causa de la excesiva concentración de buses, taxis y motos en ciertas zonas y en determinadas horas, sumado a que su insuficiencia vial y al precario estado de sus vías y andenes, ha vuelto farragosa, como la que más, su movilidad urbana.

MANUEL JOSÉ ALVAREZ DIDYMEDÔME

Comentarios