Los planes de desarrollo

La obligatoriedad de hacer un Plan de Desarrollo por parte de todas las administraciones tanto locales como departamentales para ser sometido a la aprobación de los entes que representan el poder Legislativo, Concejos y Asambleas, tiene por estos días a las autoridades trabajando a toda marcha para presentarlo dentro del término que establece la norma constitucional.

Lo interesante de este ejercicio que siempre me ha parecido positivo, es la oportunidad que se presenta una vez cada cuatro años de dedicarle un rato a pensar y repensar sobre el futuro de nuestras comunidades, sobre los recursos disponibles para solucionar los problemas y lo mejor de todo, la disponibilidad política y humana para proyectar las alternativas más allá del interés personal.

Idealizar la actividad del estado y de sus gobernantes para los próximos años es antes que nada pensar con optimismo, actitud que se ha venido evidenciando en las estadísticas que por estos días han acompañado los titulares de noticieros y periódicos de todo el país.


Pensar con el deseo aunque parezca salido de la realidad no deja de ser una posibilidad abierta, que no se debe cerrar el último día de mandato de los actuales gobernantes porque entendemos que hay proyectos o ideas que requieren más de una administración para que tengan alguna respuesta o alcancen una dinámica real.


Los municipios colombianos en su mayoría relegados de la carreta del progreso sostenible con seguridad, estarán llenando de ilusiones su diario acontecer con la esperanza de que los recursos por concepto de regalías que según el gobierno serán distribuidos en esta ocasión de manera más equitativa, lleguen hasta su destino y sean suficientes para solucionar esos problemas aplazados por tanto tiempo.


Quienes hemos nacido y vivido en la provincia sabemos de lo mucho que se puede hacer cuando la mano generosa del gobierno central llega con sus aportes hasta los sitios mas retirados de nuestra geografía.


Intentar reunir tantos y tan variados planes de gobierno en una sola carta de navegación seleccionada para nuestro departamento podría ofrecernos una oportunidad adicional para focalizar esfuerzos sobre lo prioritario y fundamental tal como lo proponía el líder conservador Álvaro Gómez Hurtado.


Lo más probable es que ninguno de tantos planes de gobierno se ejecute en su totalidad en los departamentos ni en los municipios, y que al final nos quede la sensación de que avanzamos muy poco en la dirección que habíamos trazado, pero la certeza de que teníamos una ruta nos puede devolver la ilusión de que no nos habíamos perdido del todo.

Credito
ALFONSO MARÍN

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