A propósito de la construcción de la clínica para enfermos de CA

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Tengo 22 años, hace algunos meses me diagnosticaron cáncer, a falta de una clínica especializada en la ciudad de Ibagué para la realización de tratamientos tan complicados como lo son la radioterapia y la quimioterapia, la raquiterapia, es toda una travesía y una tragedia al mejor estilo griego, lo que tenemos que vivir las personas del departamento del Tolima, que como yo tenemos que viajar a la ciudad de Bogotá para recibir el tratamiento especializado.

La travesía comienza con un viaje de más de cinco horas de camino, que pasa por los abusos constantes en las centrales de transportes, con el precio de los tiquetes, que han llegado incluso a superar los treinta mil pesos en temporada baja, la larga travesía, los trancones constantes a la entrada de la ciudad, recibir el tratamiento por más de 12 horas e iniciar de nuevo el recorrido de regreso a la ciudad.

Que sea una iniciativa del sector público o privado, o en manos de quién será administrado, es lo que menos importa, lo que celebro es el beneficio que este proyecto traerá a la región, el cambio y la calidad de vida que será mejorada cuando comience a funcionar este centro especializado a los millones de personas enfermas de CA, ahorrando los largos viajes y grandes costos para realizar estos tratamiento fuera de la ciudad.

Pero qué alegría puede esto causar, si la crisis hospitalaria que se vive en la ciudad está en cuidados intensivos, la unidad de oncología del hospital Federico Lleras está siendo cerrada dejando a niños sin esperanza de una cura contra el cáncer, entonces la pregunta que viene a la mente de todos es la siguiente:

¿Es lógico hacer inversiones millonarias para construir más centros especializados, sin poder financiar adecuadamente la única que existe?... mientras tanto todos esperamos que esto tenga soluciones de fondo y no solamente pañitos de agua tibia.

Credito
IVÁN FELIPE CEDIEL

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