El busto de Noemí

Después de que la fiscal Viviane Morales, por considerarlo un peligro para la sociedad, pidiera para Andrés Felipe Arias la cárcel por casa,

 y esta gracia le fuera concedida, muchos colombianos pudimos respirar con tranquilidad y creer que todavía es posible pensar en un país decente donde la justicia humana prevalezca sobre la divina que, encabezada por la virgen María del Pilar Hurtado, el arcángel Fernando Londoño, el querubín Valencia Cossio, el serafín Bernardo Moreno, el beato Marianito y las once mil vírgenes de la DIAN, nos tenía sumidos en la más atroz impunidad.

 

Desde el día en que el magistrado Fierro accedió al pedido de Viviane y le dio con su apellido al ´pincher` Arias, crotaticas no ha hecho más que hablar de Noemí Sanín a quien califica, junto a Sierra Porto, como los salvadores de Colombia.

 

Sierra Porto, recordemos, fue el Magistrado de la Corte Constitucional que presentó la ponencia declarando inexequible la segunda reelección de Uribe y Noemí fue la valiente que se le atravesó a uribito en la consulta conservadora y lo sacó del cuadrilátero, librándonos de tener como presidente a esta ´copia mejorada` de Uribe. ¿Se imaginan lo que hubiera sido de nosotros con Uribe o uribito de presidente? ¡Santa pacha bendita!

 

La consideración de Crótatas respecto de esta nueva independencia colombiana es que si Bolívar, Santander y Apolonia Salavarrieta tienen estatuas en las plazas públicas y académicos estudiando sus vidas, se haga lo mismo ahora con Noemí, Viviane y Sierra Porto.

 

Demorados están los historiadores en pedir que se entronicen los bustos de Noemí y de Viviane en las principales plazas del país y que una estatua de Sierra Porto, montando un brioso corcel y con la mano izquierda empuñando la Constitución Nacional, se ubique frente al Cantón Norte en Bogotá.

 

Sería bueno, también, que a los bustos de Noemí y Viviane les pongan sus cabezas respectivas, para que nadie vaya a confundirse. Ahora, si el costo es muy alto, dado que son más de mil municipios, que se hagan estatuas combinadas con la cabeza de Viviane, el busto de Noemí y las piernas de Sierra Porto.

 

¡Esto es lo mínimo que podemos pedir para nuestros próceres modernos! Si los uribistas piden equidad, les tengo su estatua: el pelo de Sabas, la cara de Valencia Cossio, la conciencia de Fernando Londoño, el busto de María del Pilar Hurtado, las caderas de Piedad Córdoba, las piernas de Lucero Cortés y el cigüeñal de Uribe. ¡Una joyita!

Credito
JAIRO MARTÍNEZ

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