Las palabras: “no peleo con Uribe, no peleo con Uribe, no peleo con Uribeâ€, las repite el jefe de Estado para armonizar el espÃritu y liberar su mente del flujo de pensamientos que podrÃan Âconfundirlo. Esta declaración del Presidente deja claro que las diferencias con su antecesor son tanto de forma como de fondo.
Cuenta Crótatas que cada mañana Juanma se levanta, acaricia y besa a Tutina, se pone un pañal estilo Gandhi y va con paso tranquilo por los corredores de la Casa de Nariño, saludando a todos, hasta que sale a los jardines, se sienta en posición flor de loto, debajo de un palo’e mango, y repite por varios minutos su mantra para olvidarse de Uribe y conectarse con los colombianos.
Por su parte -cuentan las crónicas capitalinas de la época en que Colombia era una nación de bárbaros-, Uribe se levantaba, acariciaba el fusil y le besaba el cañón a su pistola, se ponÃa el chaleco antibalas y pasaba por los corredores rompiéndole la cara al primer *** que se atravesaba, hasta llegar al sótano de la ‘casa de nari’, donde, mientras atendÃa a sus amigos narco-paracos, encendÃa los equipos que el DAS le habÃa instalado para conectársela a todos los colombianos.
Con los ejercicios espirituales que practica Juanma, es seguro que seguirán cayendo a la cárcel exfuncionarios uribistas, como cocos de las palmeras, sin que las diatribas del culebrero paisa hagan mella en el buen ánimo del Presidente.
Otra cosa segura es que a Santos le va a quedar mucho más fácil hacer la paz con Alfonsito Cano que con Ãlvaro Uribe; al fin de cuentas los guerrilleros son gente de extracción humilde que podrÃan estar dispuestos a someterse por el bien de la patria mientras que Uribe y un gran número de funcionarios de su gobierno son gallinazos de cuello blanco que se creen dueños del paÃs y no están dispuestos a hacer concesiones.
En resumen, vamos bien. Tenemos un presidente con ‘clase’, algo que Uribe desconoce, un presidente que hace amigos, que es culto, inteligente, que rÃe y habla claro. En fin, tenemos un presidente que abre la boca para repetir sus mantras y a Uribe, que la cierra para no botar babaza.
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