Maestros que dejan huella

El pasado miércoles 15 de mayo se conmemoró el natalicio de San Juan Bautista de la Salle, patrono de los hermanos de las Escuelas Cristianas y símbolo universal del educador, quien a su honor la Presidencia de la República de 1950 declaró esta fecha como el Día del Maestro en Colombia.

El pasado miércoles 15 de mayo se conmemoró el natalicio de San Juan Bautista de la Salle, patrono de los hermanos de las Escuelas Cristianas y símbolo universal del educador, quien a su honor la Presidencia de la República de 1950 declaró esta fecha como el Día del Maestro en Colombia. 

A partir de este momento, se hace un alto a la rutina diaria reconociéndose simbólicamente esta fecha, la cual aproveché no solo para la evocación de las personas que influyen en la formación de nuestros niños y jóvenes, sino también para hacer una cavilación integral sobre la educación, porque no solamente se debe vivir espiritualmente esta conmemoración sino que debe complementarse despertando la conciencia para estimular cambios que mejoren el ejercicio de la profesión del educador.

Alejándonos un poco de la definición textual emitida por la Real Academia de la Lengua Española diré que maestro es aquella persona que en el transcurso de la vida transforma en sus educandos la manera de ver el mundo y la realidad, y partiendo de la concepción defendida: encausa voluntades para forjar futuros o generar frustraciones que repercutirán más adelante en el colectivo social. 

De ahí, y únicamente de ahí, la importancia de destacar su entrega y sus méritos en este servicio, considerado como Derecho Fundamental, y reconocerles su trabajo, entrega, sacrificio y logros en medio de obstáculos, adversidades, cambios, avances de la ciencia y de una sociedad en conflicto con retos permanentes.

¿Cómo estimular cambios tendientes a mejorar la educación?

En Colombia aún no se ha dado el debate educativo que pueda ventilar todos los problemas de la educación en forma integral. 

Por el momento es relevante la necesidad de que se haga una caracterización de las localidades, en que hay planteles educativos, respecto al acontecer de las comunidades, el nivel de pobreza, la situación de la infancia, el índice de violencia, las condiciones de marginalidad de la población sea ésta del campo o de la ciudad, y con base a ella el Estado, o los respectivos órdenes territoriales deben apoyar al magisterio para su profesionalización e idoneidad en la atención de las situaciones particulares que se presenten y dotar de los recursos necesarios para atender las mismas. 

Es esta una forma real de descentralización de la educación, porque rompe con la atadura de un régimen persistente de concepción centralista y autoritaria

Es indispensable, que se investigue sobre la insatisfacción y decepción de los maestros en diferentes lugares del territorio sobre sus seguridades personales y condiciones logísticas en que prestan la labor, como mecanismo de inclusión eficaz para hacer de la profesión del educador una opción de ejercicio ciudadano visible y activo.

Se hace ineludible, además, romper con la desarticulación y discontinuidad de los procesos dirigidos por las diferentes secretarias de educación, quienes con ánimo de protagonismos transitorios con sus instrucciones y directivas no respetan los ritmos propios de las instituciones, ni los procesos iniciados antes de sus respectivas administraciones. 

En honor de la justicia, entonces, es hora que todos los actores políticos e institucionales: nacionales y regionales se comprometan con estudios serios sobre la situación de la educación y el avance de los planes y proyectos en curso, así como de la evaluación de las ejecuciones.

Estas son unas de las múltiples formas existentes que aseguran cambios propositivos en la educación: para que las movilizaciones, los paros y los ceses de actividades no sean la única forma de lograr los reconocimientos públicos; para inyectar entusiasmo a nuestros maestros teniéndose en cuenta que los conocimientos se construyen pero si no hay pasión, si no hay entrega no se puede esculpir el cuerpo la mente y el espíritu en forma integral, es decir no pueden dejar huella. 

Y las huellas más profusas la dejan nuestros maestros: de ellos aprendimos el origen, el significado y la connotación de las palabras, y las palabras mueven el mundo, reconocen honores o crean infortunios.

Credito
ROSMERY MARTÍNEZ ROSALES Representante a la Cámara

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