Discurso inspirador

En días pasados, con ocasión de la inauguración del nuevo edificio de la escuela de negocios E.J Ourso de la Universidad estatal de Louisiana (LSU), Steve Forbes pronunció un discurso inaugural de poderosa inspiración cuyos apartes compartiré hoy con mis lectores.

El argumento central de Forbes es que la verdadera fuente de riqueza no son los recursos naturales sino la mente humana, la innovación. El petróleo, por ejemplo, no era ni siquiera un recurso natural, de hecho, era un depresor del valor de la propiedad en el estado de Pensilvania en aquellos parajes donde afloraba, impedía la agricultura e intoxicaba a los animales.

Fue el ingenio de la mente humana la que lo hizo un recurso tan valioso. El microchip, que es la piedra angular de la revolución tecnológica, no es más que sílice, o sea arena, ¿cómo se convierten granos de arena en algo que pone el mundo a nuestro alcance? La respuesta es el poder de la mente humana para innovar.


Un país como Hong Kong, desprovisto completamente de recursos naturales, que tiene que importar hasta el agua que bebe de la tierra firme y tiene un ingreso per cápita de 45 mil dólares, ha logrado todo esto gracias a que allí ha florecido en los últimos 60 años la mente y el ingenio humano.

El principio de la economía tradicional ha sido el de manejar de la manera más eficiente los recursos escasos.

Según Forbes, este paradigma nunca ha sido del todo cierto, en el mundo de hoy lo que se impone son líderes que, en vez de manejar los recursos disponibles, creen nuevos y hagan los escasos abundantes, como ocurrió con el petróleo, o como ha sucedido con la telefonía celular. El primer teléfono celular costaba tres mil seiscientos dólares, hoy son utilizados hasta en las más pobres aldeas del África. Henry Ford no invento el automóvil, pero se inmortalizó por haberlo hecho asequible al ciudadano del común.


Continúa Steve Forbes diciéndonos que la innovación, que es el enfoque de las grandes universidades como LSU, no solo sirve para producir los grandes inventos sino para sacar el mayor provecho de ellos. No fueron quienes inventaron el computador los que obtuvieron más riqueza de su hazaña, ni siquiera las compañías que lo desarrollaron como IBM. Fue Sam Walton, exmilitar y dueño de una pequeña tienda en Arkansas, quien vio en el computador la herramienta para manejar los inventarios como nunca nadie antes lo había hecho y así transformó su pequeño negocio en el gigante global que es hoy Wal Mart.


El contexto del mensaje de Forbes se circunscribe a la innovación y al emprendimiento. Pero no podemos olvidar que esa es única fuente de riqueza que hace sostenible la inversión social. En Colombia nos estamos gastando el dinero efímero de una bonanza petrolera en burocracia y leyes demagógicas en vez de fomentar el emprendimiento y la innovación.


Recuerdo que cuando estudie en la escuela de negocios de LSU, éramos unos pocos latinos comparados con una multitud de chinos e hindúes becados por buenos estudiantes por sus respectivos gobiernos. El líder Chino Deng Xiaoping tuvo esa visión y desde entonces cientos de miles de chinos han sido becados para recibir la mejor educación en el mundo desarrollado occidental y luego volver a su país a hacer de él lo que es hoy la China. Ojalá en nuestro país los gobiernos central y local tuvieran esa misma visión para convertir un privilegio de pocos en una oportunidad para muchos y así salir del parroquialismo que nos ata a la pobreza.


Recordemos que la innovación, el ingenio y el emprendimiento son innatos al ser humano, pero son suprimidos por completo en ambientes de inseguridad o en regímenes, como Venezuela, que son hostiles a la iniciativa privada. El presidente Uribe dejó el ambiente propicio para que ellos florezcan, pero su sucesor está escorando la nave de manera preocupante.


Les comparto el link del discurso de Steve Forbes en LSU y los dejo con una frase textual de su intervención “you recognize the importance of the mind, not resourses, minds make resources, the mind is supreme”


Credito
FRANCISCO JOSÉ MEJÍA

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