Fiscal Tolimense

Con grande esperanza ha recibido el país el nombramiento de nuestro paisano Eduardo Montealegre como fiscal General de la Nación. Tiene el doctor Montealegre el gran reto de devolverle la credibilidad al ente acusador luego de varios episodios de clara persecución política protagonizados por su antecesora.

Estamos seguros que bajo la regencia de un hombre de su ponderación y apego a las normas del derecho, el país no tendrá que volver a presenciar fiscales que como Villarreal imputa los cargos más inverosímiles y solicita orden de captura contra Luis Carlos Restrepo por ser un delincuente peligroso para la sociedad, sin ninguna prueba para semejante aserto, o como Ángela María Buitrago, que fabrica falsos testigos para obtener la condena del coronel Plazas, o como su antecesora, Vivian Morales, que llama a Andrés Arias “delincuente de cuello blanco” sin haberse robado un peso. Estas actuaciones son propias de funcionarios de un tribunal de Hitler, Stalin o Mao, no de un estado de derecho como el nuestro. Tiene el doctor Montealegre la oportunidad de pasar a la historia por ser el Fiscal de la verdad y la justicia, ajeno a las pasiones políticas que tanto daño han hecho a la rama judicial en los últimos años.

Pero no basta con corregir los excesos que se han cometido por razones ajenas al derecho, también hay que enmendar los defectos de inoperancia o laxitud. No puede ser que el clan Nule solo reciba cuatro años de cárcel luego de sumir a Bogotá en el caos y robarse ingentes cantidades de dinero, y no puede ser que sus contratistas compinches tal vez no paguen ni un día de cárcel. Revisar el modelo de rebaja de penas en virtud del cual se dan estos exabruptos debe ser una de las prioridades. Tampoco puede ser que no haya un solo acusado por Farc política cuando las Farc llevaban ya 30 años infiltrados en la política cuando los paramilitares decidieron emularlos.


Cuando Gomez Mendez fue fiscal general de la nación, del Tolima le pidieron puestos, contratos y obras civiles. Esta vez lo que hay pedirle al doctor Montealegre es que haga del Tolima un modelo de operatividad de la fiscalía que lleve a los delincuentes ante la justicia y convierta a nuestro departamento en un ejemplo de seguridad, paz y convivencia. Es preciso ensamblar el más idóneo equipo de fiscales para conjurar las amenazas de resurgimiento de Bacrim en el norte y judicializar a los milicianos en el sur. Así mismo hay que pedirle al nuevo Fiscal que sea implacable con la corrupción que nos agobia desde hace tanto y poder aspirar los tolimenses a tener una clase política de la estatura moral como la que tuvimos en épocas de Darío Echandia.


Esperemos pues que el primer acto del doctor Montealegre sea el de restituirle la venda de que despojaron a la diosa Themis y equilibrar su balanza que el peso del odio ha cargado en contra de los que bien le han servido a la patria.


Credito
FRANCISCO JOSÉ MEJÍA

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