El Orangután vestido de smoking

El libro “por qué fallan las naciones” escrito por los doctores Robinson y Acemoglu, de las universidades de Harvard y MIT respectivamente, formula una teoría que resuelve el acertijo de por qué hay unos países pobres y unos ricos.

El libro “por qué fallan las naciones” escrito por los doctores Robinson y Acemoglu, de las universidades de Harvard y MIT respectivamente, formula una teoría que resuelve el acertijo de por qué hay unos países pobres y unos ricos.

Los países ricos han tenido una tradición histórica de instituciones políticas y económicas incluyentes, mientras que los pobres las han tenido extractivas. 

Una institución política extractiva es aquella en la cual se concentra todo el poder en una persona o partido único, la cual genera a su vez instituciones económicas extractivas, cuyo objeto es despojar a los ciudadanos de lo que producen, es decir, del fruto de su trabajo. Según esta teoría, un régimen como el de Venezuela o Cuba es, en términos prácticos, igual de nocivo y extractivo que la monarquía de Luis XVI.

La teoría es convincente. Sin embargo, en el libro se hace una referencia injusta a Colombia y al presidente Uribe. En ella se sugiere que el marco jurídico para la paz fue impulsado por él como una manera de devolver un favor a los paramilitares. Por ese motivo, les escribí una respetuosa carta a los autores del libro donde les hacia una larga exposición sobre su gobierno y les explicaba que esta ley prescribía penas hasta de 8 años de cárcel, a diferencia del mal llamado marco jurídico para la paz, que otorga impunidad hasta para delitos atroces. Igualmente, les señalaba que los jefes paramilitares terminaron extraditados por la mano firme de Uribe.

Grata fue mi sorpresa al recibir respuesta a mi correo por parte del doctor James Robinson. En ella me concedía la razón en algunos de mis argumentos, y me enviaba un extenso documento sobre Colombia, que él preparo para el legatum Institute de Londres. 


En este documento, el doctor Robison hace referencia a una frase de Darío Echandia, en la que se refiere a la democracia Colombiana como un “Orangután vestido de Smoking”. El Smoking son las formas democráticas que tenemos, y el orangután, los grupos violentos y sus tentáculos políticos que las han amenazado. Su teoría es que en Colombia ambos conviven en una especie de equilibrio que se mantiene gracias a que ambos tienen incentivos para hacerlo.

De nuevo le respondí describiendo a los últimos presidentes de Colombia en términos de Orangután y Smoking, para explicarle que el equilibrio se había roto dos veces en los últimos años. El resumen de mi respuesta es como sigue:César Gaviria. Elegido con la plataforma política de Galán, quien fue asesinado por la mafia. Le entregó poder político a los verdugos de su mentor. En el Tolima, por ejemplo, nombró gobernador al candidato de Santofimio, quien fuera luego condenado (Santofimio) por su participación en el magnicidio de Galán. Aunque bajo su gobierno se dio de baja a Pablo Escobar, nada se hizo contra los otros carteles y contra los paramilitares. El Orangután (guerrilla, mafias y paras) creció bajo su gobierno.

Ernesto Samper. Fue el presidente electo con los dineros del Orangután. Vergüenza nacional. El Orangután creció como nunca antes. 

Andrés Pastrana. Se empeñó en sacar de escena a las Farc, pero de la manera equivocada: a través del diálogo. No hizo nada para combatir a los paramilitares. El equilibrio se rompió, ahora el Orangután lucía desnudo, trescientos alcaldes no podían despachar en sus municipios. La democracia estaba herida de muerte.

Álvaro Uribe. Política de seguridad democrática. Treinta mil paramilitares desmovilizados y sus jefes extraditados a los Estados Unidos. Dieciocho mil guerrilleros desmovilizados y sus jefes dados de baja o refugiados en Venezuela. Garantía plena de los derechos civiles. El equilibrio se rompe de nuevo, el orangután empieza a lucir como un ser humano civilizado.

Juan Manuel Santos. Deroga política de seguridad democrática y regresa a la política de diálogo de Pastrana. Prohíbe que FF.MM. combatan a la nueva versión de los paramilitares, las Bacrim. El Orangután se fortalece nuevamente, las Bacrim se multiplican por tres y las Farc crecen en dos mil guerrilleros hasta ahora. El equilibrio se puede romper de nuevo, esta vez, la misma dirección que ocurrió en el gobierno de Pastrana. 

El Orangután, le explique al doctor Robinson, es una bestia que se alimenta de cocaína, y como nos demuestra la historia reciente, solo con una política firme de seguridad se combate de manera efectiva.  

Credito
FRANCISCO JOSÉ MEJÍA

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