El dinero versus las ideas

El centro democrático es un movimiento que surge producto de un cuerpo de doctrina con el que se sienten identificados la mayoría de los colombianos, pero que no tiene casi ninguna representación en el congreso, y en el ejecutivo se le combate a pesar de que su jefe fue elegido para gobernar con él.

El centro democrático es un movimiento que surge producto de un cuerpo de doctrina con el que se sienten identificados la mayoría de los colombianos, pero que no tiene casi ninguna representación en el congreso, y en el ejecutivo se le combate a pesar de que su jefe fue elegido para gobernar con él. 

Los logros alcanzados en el gobierno del presidente Uribe son los títulos que le otorgan a estas ideas la supremacía dentro de la población frente a aquellas de los demás grupos políticos.

Los escasos 638.000 votos que obtuvo el partido liberal en las pasadas elecciones no significa que sus principales banderas, como son la defensa de las libertades y las reivindicaciones sociales, ya no tengan vigencia; lo que significa esta derrota es que el fortalecimiento de las libertades ciudadanas que produjo la seguridad democrática probo que nuestras políticas eran más efectivas que las del partido liberal para ese fin. 

Pero además, la superación de la pobreza para 13 millones de colombianos en el gobierno Uribe (por medición multidimensional) posiciono las políticas del centro democrático como las más idóneas en la causa social, entre otras cosas porque el partido liberal ignora la importancia de la confianza inversionista como fuente de recursos para la superación de la pobreza, y no entiende la necesidad de promover la fraternidad en las relaciones obrero patronales.

Pero es también en el centro democrático donde han encontrado muchos conservadores las políticas que mejor interpretan uno de sus valores fundamentales: el orden. La diferencia con los liberales es que en vez de combatirnos por promover sus más caros valores, han asumido la actitud patriótica de ser nuestros aliados.

En lo que se refiere a la izquierda (Polo, progresistas etc) nuestras políticas demostraron una vez más aquella verdad histórica axiomática: que para obtener logros en lo social no se necesita empobrecer a toda la sociedad. El gobierno de Uribe produjo los resultados sociales arriba mencionados, pero además duplico la clase media, y lo hizo de una manera en que el esfuerzo fuera sostenible en el tiempo. 

Este análisis nos lleva a la conclusión de que si nuestros candidatos son genuinos portadores de la doctrina uribista, y dan la pelea en el terreno de las ideas, serán victoriosos en las próximas elecciones. Nuestra supremacía ideológica y doctrinaria va a ser combatida con una avalancha de dinero que, junto con los diálogos de Cuba, será otra gran perversión de los valores democráticos a cargo de Juan Manuel Santos.

Para poder librar esa lucha entre el dinero y las ideas con éxito, es necesario que el general marche al frente de sus tropas, es decir, que Uribe encabece la lista de senado. Y es necesario que no se hagan concesiones en los criterios definidos por el centro democrático para escoger a los candidatos. Una sola falla en el criterio de la honorabilidad, que resulte en la inclusión en nuestras listas de alguien vinculado con la ilegalidad, le causaría un daño enorme a todo el proyecto, pues subordinaría el debate de las ideas a la defensa de una persona a quien a la postre el peso de las evidencias lo harán indefensable, y pondría un manto de duda sobre todo el movimiento que minaría la confianza ciudadana de donde dimana el voto de opinión.

Además de ser uribistas y patrióticos, el trabajo y la idoneidad serán atributos cruciales para la victoria; en esta contienda no habrá cabida para los candidatos artificiales producto de las coaliciones cementadas con mermelada; los votos habrá que salir a buscarlos directamente con el electorado, lo cual conlleva un gran esfuerzo. Y será su idoneidad, lo que acreditara al candidato como portador legítimo de las tesis del centro democrático.

Las mayorías uribistas en Colombia están intactas, solo esperan el rebato de somatén para seguir al gran colombiano de todos los tiempos y retomar el rumbo perdido.  

Credito
FRANCISCO JOSÉ MEJÍA

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