El corifeo del poder

Francisco José Mejía

Siento mucho respeto por esos periodistas que siempre desconfían del poder y que jamás se dejan halagar ni someter. Muchas veces por su persistencia en la crítica se equivocan, pero son muy necesarios para mantener al poder vigilado. Son ellos en quienes la libertad de expresión encarna un verdadero valor democrático. El ícono de esta estirpe de periodistas es Albert Camus, quien en una famosa columna que en su tiempo fue censurada, dijo que los cuatro atributos que definían al verdadero periodista eran: lucidez, desobediencia, ironía y obstinación.

A propósito del la controversia entre el presidente Uribe y el periodista Daniel Samper Ospina, quise, a la luz de los preceptos de Camus, averiguar que tipo de periodista es Samper Ospina. Encontré que lejos de mantenerse al margen del poder para conservar su objetividad, se sirve de él. La estrecha relación con su tío, el cuestionado ex presidente Samper y sus sistemáticos ataques a la oposición democrática, lo hacen un consentido del presidente Santos y todo su régimen, con todos los privilegios que ese posición otorga.

Sobre el estilo que este periodista pretende emular, que es el de la ironía, revisé la valoración que de ella hizo Camus: “la ironía es un arma sin precedentes contra los demasiado poderosos”. Aquí encontramos la otra gran contradicción: El periodista de marras la utiliza para lanzar sus dardos desde el medio predilecto del poder contra los mas débiles, como lo hizo violando el derecho a la intimidad de una pequeña bebe, ridiculizando su nombre con una ruin asociación a las drogas ilícitas, y maltratando a su madre, la senadora Paloma Valencia, cuyo único pecado es levantar su voz contra el régimen que este periodista defiende. Pero su frivolidad y violaciones a la ética van mas allá: publicaba fotos de menores desnudos en la revista que dirigía y difunde entre sus amigos fotografías de las mujeres que posan para su cámara. Así pues que en el país de los Robín Hood al revés, nos encontramos también con los Camus al revés.

Si este individuo no pertenece a esa estirpe del periodismo que busca vigilar al poder, que utiliza el humor y la ironía para decirle las verdades a los poderosos, entonces qué es? Es un representante de la social-bacanería cachaca. No son exclusivos de Bogotá, aunque es allí donde esta su Meca. Son los mismos que entre el tintineo de los choques del cristal de los vasos de Whisky, se les oye decir en los cocteles: “Ala si esos tipos (las Farc) lo que quieren es el campo, pues démoselo”, como si la comida creciera en los anaqueles de los supermercados. Son la servidumbre del poder porque el dinero los obsesiona, harían cualquier cosa por obtenerlo, por eso son expertos en diseñar esquemas venales y siempre están buscando un privilegio estatal, así sea como en este caso de manera indirecta con el medio del sobrino del presidente. Para ellos el resto de los ciudadanos somos de segunda, y los campesinos especialmente, están de ahí para abajo, por eso no importa que queden en el país de las Farc; su aventura mas extrema en el campo la viven en Mesa de Yeguas y normalmente su viaje es hasta el aeropuerto El Dorado a tomar el avión para Cartagena o Miami. Y encima de todo, profesan una ideología de izquierda como medio para expiar sus pecados: Su discurso falaz de redención de los humildes, les da la tranquilidad para disfrutar de sus fortunas que a menudo han sido amasadas a expensas de quienes dicen defender.

La victimización de Daniel Samper ante la respuesta de Uribe a sus sistemáticos ataques podrá engañar a algunos, pero no dejara de ser lo que es: una maniobra engañosa para seguir agrediendo a todo aquel que se levante contra el régimen y seguir seduciendo jóvenes para instrumentalizarlas como objetos sexuales y referirse a ellas con los más bajos epítetos para regocijarse con sus amigos.

Comentarios