Tuve la oportunidad de asistir al homenaje que se le rindió al exministro Fernando Londoño en el club El Nogal y escuchar el discurso histórico del expresidente Uribe.
Cuanto mejor para una democracia es el disenso argumentado y respetuoso que practicaba el presidente Uribe con las cortes, que el otorgamiento de privilegios que coarta la independencia de la justicia.
Tal vez la frase más precisa para definir el espíritu de la libertad de expresión la pronunció Voltaire en una época en que el antiguo régimen le censuraba su trabajo enciclopédico: “Estoy en desacuerdo con tus ideas, pero daría gustoso mi vida por defender tu derecho a expresarlas”.
Con grande esperanza ha recibido el país el nombramiento de nuestro paisano Eduardo Montealegre como fiscal General de la Nación. Tiene el doctor Montealegre el gran reto de devolverle la credibilidad al ente acusador luego de varios episodios de clara persecución política protagonizados por su antecesora.
En días pasados, con ocasión de la inauguración del nuevo edificio de la escuela de negocios E.J Ourso de la Universidad estatal de Louisiana (LSU), Steve Forbes pronunció un discurso inaugural de poderosa inspiración cuyos apartes compartiré hoy con mis lectores.
La tragedia histórica de Colombia es que la política no se ha ejercido por los cauces democráticos sino por vías de hecho ajenas a la dialéctica como herramienta de persuasión.
En el año de 1954 el presidente de los Estados Unidos Dwight Eisenhower proclamó oficialmente el día de los veteranos con el fin de “recordar solemnemente los sacrificios de todos aquellos que pelearon de manera tan valiente,
Parece un mal sueño o una broma pesada que luego del gobierno del presidente Uribe los terroristas de las Farc estén, desde su ruina militar, moral y política, imponiéndole al país y al gobierno de Santos una agenda de diálogos.