No es normal que una persona decente y respetuosa de las reglas de convivencia social golpee a una mujer, asà se esté escudando en que se pasó de tragos. Mucho menos lo es, cuando se trata de una figura reconocida, que se encuentra en un establecimiento público. Allà hay una altÃsima dosis de machismo, rutina, irrespeto, intolerancia y desprecio por el género femenino.
No me cabe la menor duda: ese ciudadano no merecÃa dirigir los destinos de uno de los más queridos emblemas de nuestro paÃs. Por fortuna, a las voces de movimientos feministas, de la Bancada de Mujeres del Congreso y de las redes sociales, se unió la del patrocinador del equipo, quien sà logró presionar a la Federación, lo que desencadenó en la renuncia del agresor. Ojalá este organismo acepte dicha dimisión.
Pero lo que hace más grave el episodio es la pobre reacción que mereció el insuceso en reconocidas voces femeninas del deporte colombiano y del Congreso de la República. Qué vergüenza para el género humano que a las señoritas presentadoras del Canal RCN este acto no les haya parecido tan denigrante y doloroso, como sà lo fue para ellas la patada que un momento, por demás, infortunado, un jugador de futbol le diera a una lechuza en el estadio de Barranquilla.
Para Andrea Guerrero, lo de la agresión del Bolillo a una mujer es “un hecho para olvidarâ€, dijo no querer “emitir juicios de valor†y prefirió dejar eso a los enemigos del Técnico, quienes ya tenÃan “de qué hablarâ€. Sin embargo, meses atrás, a raÃz de la agresión al ave dijo, entre otras cosas: “La lechuza es extrafutbolÃstica, es decir, es como pegarle a un hincha. ¿Cuándo aprenderemos a respetar a los animales como a las personas?†“¡Espero que la Dimayor se manifieste con la patada de Moreno a la lechuza! En un paÃs con tanta intolerancia no podemos admitirlo.â€, agregó. Me pregunto: ¿Será que para ella se debe respetar a los animales como se respeta a los hombres? (porque cuando irrespetaron a una mujer prefirió callar), y que los juicios de valor que en el primer caso deja en manos de los “enemigos†de Gómez, en el segundo ¿sà merecen ser hechos por la autoridad competente?
Por su parte, Liliana Salazar defendió al agresor y lo calificó como “un caballeroâ€, pero dÃas antes se habÃa rasgado las vestiduras por la muerte de la lechuza y clamó justicia.
Por los lados del Congreso, la senadora Liliana Rendón, por fortuna la única de ese organismo que menospreció la gravedad del hecho, considera que las mujeres somos muy cansonas y nos merecemos eso y más.
Pobre es la participación de la mujer en los cargos de elección popular y en los medios de información dedicados al deporte, pero a la larga mejor, porque con esa clase de amigas, ¿para qué enemigas?
(*)Directora Ejecutiva ADT
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