Reinvención con protección

Miguel Ángel Barreto

El principal reto del aparato industrial es asumir una etapa de reincorporación a la productividad y la competitividad. El Covid-19 ha generado un impacto aún por medirse en el millón 600 mil empleos que generaba la cadena textil-confecciones en fases productivas altas y que jalona además un grupo significativo de talleres satélites y manufacturas complementarias.
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En la comisión Quinta debatimos constructivamente el pasado miércoles y con la presencia del ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, los retos de estos tres sectores en el escenario actual y sus posibilidades en fases como el alistamiento, la reinvención o reindustrialización productiva.

Para el caso de las industrias y manufacturas (textil-calzado-marroquinería) resulta prioritario que sean incluidas en una política gubernamental que subsidie y defienda la ocupación en Colombia. Ahora más que nunca y en medio de la pandemia, es preciso solicitar que los aranceles de las prendas de vestir del mercado asiático tengan un impuesto del 37.9%, pues la principal amenaza siguen siendo las importaciones, ya que en China, India, Vietnam y el norte de África, también dentro de sus procesos de reactivación económica están alistando nuevamente sus producciones y sus estrategias para reimpulsar sus exportaciones a occidente. Se habla de la reincorporación de 100 millones de personas.

Esto plantea retos enormes a los empresarios nacionales, pues si bien apenas comienzan a retornar a la vida productiva, con una oferta de productos que no tendrá la misma demanda por el cierre de los comercios, por añadidura tendrán que afrontar la presión de los importadores seguramente desde el último trimestre de este año, eso sin contar el ‘stock’ o inventario de manufacturas represadas y que desde febrero no han tenido mayor movimiento o demanda por culpa de la epidemia global.

La situación es inédita, pues de una parte la reactivación interna del mercado colombiano será lenta y gradual, en tanto que las amenazas externas subsisten e incluso en el escenario actual podrían ser devastadoras, pues en estos países pueden producir aún más barato, por lo que se requiere la máxima protección en las fronteras, vía aranceles y lucha contra el contrabando, para evitar un escenario económico más adverso del que ya existe, una valoración que deberían hacer concienzudamente los ministerios de Comercio, Trabajo, Hacienda y la Dian.

De hecho, los problemas en el ámbito nacional son para tener en cuenta. Me han comentado los empresarios de Cali el despido de 200 de sus trabajadores en la última semana y otra parte del sector se quedó con una basta producción de los tapabocas cosidos, porque la gente exige los termosellados, en lo que evidentemente no hubo una articulación entre el Invima, el Gobierno y los fabricantes.

En materia económica es imprescindible que los empleados que tuvieron reducción en sus salarios puedan acceder efectivamente al ‘Subsidio de nómina’ que trae el PAEF y que los créditos lleguen a manos de los dueños de las micro, pequeñas y medianas empresas, que concentran el mayor número de ocupados y haya una mayor articulación con Colombia Compra Eficiente para acercarse a nichos objetivos de mercado.

Aunque el listado es largo en materia de cooperación, es imprescindible que haya políticas de largo alcance para estos sectores y subsectores, que son, después de la construcción, los que más empleo generan en el tejido laboral del país.

Comparto la preocupación del Gobierno y del ministro Restrepo y por ello la inteligencia de mercados debe estar orientada igualmente a monitorear cómo se reactiva la demanda en los países con los cuales hay tratados de libre comercio en aras de fortalecer los procesos de exportación y se generan nuevos encadenamientos productivos en maquila, diseño y moda. La consigna debe ser la protección real de nuestra industria y las confecciones.

MIGUEL ÁNGEL BARRETO CASTILLO

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