El control a los insumos agrícolas favorecerá a los hogares colombianos

Miguel Ángel Barreto

Uno de los graves inconvenientes que afronta el sector agropecuario colombiano es la pérdida de competitividad a raíz del aumento de los precios de los insumos agrícolas en el ámbito mundial, lo que elevó en un 30 por ciento los costos de producción en ciertas actividades.
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Por esta razón, aplaudo el proyecto de ley presentado por el Ministerio de Agricultura para evitar  abusos en los costos de tales insumos, de modo que se  proteja el bolsillo de los productores nacionales y, por ende, el de los colombianos.  

El mercado de los agroinsumos asciende a cinco billones de pesos y de este depende gran parte del universo agropecuario del país. Solo en medicamentos veterinarios la demanda es superior al billón de pesos. 

El panorama es complejo. En el concierto internacional la disparada en precios de las materias primas elaboradas con base en los hidrocarburos derivó en el incremento de fertilizantes,  fungicidas, plaguicidas, medicamentos veterinarios y en el costo de los fletes marítimos, lo que encarece las importaciones de estos elementos esenciales para ganaderos y cultivadores. 

Por si fuera poco, China e India, por su alto crecimiento agrícola, generaron una enorme presión en la demanda mundial en insumos, pero especialmente en el maíz que es la materia prima para concentrados y alimentos pecuarios. 

Como era de esperarse, la demanda superó las expectativas de la oferta y con ello se registraron alzas desmedidas y distorsiones en las cadenas de transporte y comercialización. 

Conscientes de la naturaleza de esta problemática y tratándose de un asunto que influye en la economía agraria y la seguridad alimentaria, es menester avanzar en la aprobación de esta ley que tiene cinco objetivos cruciales. 

El primero, crear el Sistema Nacional de Insumos Agropecuarios, Sinia, que busca integrar información eficiente, competitiva y sostenible para que los productores accedan a los insumos con antelación y en condiciones de equidad. 

El segundo se relaciona con la integración amplia de sectores públicos y privados para garantizar acceso y disponibilidad. En tercer lugar se encuentra el diseño de políticas para la compra de insumos con énfasis en bioinsumos. 

El cuarto punto se concentra en la puesta en operación de una política de precios, garantizando la libertad regulada y vigilada del sistema en cabeza del Minagricultura, para evitar abusos de actores dominantes. Por último, está la creación de un Fondo Cuenta, que garantice el acceso a los agroinsumos de nuestros campesinos por medio de operaciones seguras. 

Desde el Congreso de la República, tenemos por delante la tarea de avanzar en una política integral con base en un sistema que involucre a todos los actores del sector agropecuario, que establezca condiciones de acceso justas y que proteja a nuestros agricultores de coyunturas externas que finalmente nos perjudican a todos.

Seguiremos trabajando en procura de condiciones de mercado equilibradas para todas las actividades del campo, conscientes de que todo esfuerzo en favor de los productores y los campesinos colombianos se verá reflejado en la mesa de los colombianos.

 

MIGUEL ÁNGEL BARRETO CASTILLO

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