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Desde el Congreso de la República he sido consecuente con buscar y lograr soluciones para la reactivación económica, la generación de empleo y el fortalecimiento de las regiones, una misión que espero poder seguir desarrollando.
En lo primero en que nos debemos poner de acuerdo los colombianos para este 2022 es en recuperar o crear más de 1.250.000 puestos de trabajo en el primer semestre para retornar a niveles de un solo dígito en la tasa de desempleo.
No en vano desde ahora los gremios de la producción comienzan a ambientar una reforma laboral, que de lograrse, deberá fortalecer el teletrabajo como fuente diferencial para dinamizar la competitividad de las empresas, además de promover la inversión, la inclusión productiva y la competitividad.
Sin embargo, consciente de las distorsiones del mercado laboral colombiano, resulta inaplazable articular una política de formalización para las personas independientes o pequeñas unidades de negocio que hoy trabajan desde la informalidad, en aras de garantizar y fomentar el acceso a créditos, capacitación a través del Sena o las universidades públicas y también de los privados, esto con el firme propósito de que se amplíe y se garantice el acceso a la seguridad social y existan garantías de remuneración equitativas.
Con la crisis sanitaria y el coletazo de la variante Ómicron, el Gobierno está llamado a conservar o fortalecer los programas de subsidio a la nómina, Ingreso Solidario y otros apoyos para los jóvenes, las mujeres y la tercera edad, los cuales impulsamos en su fase inicial y seguiremos respaldando desde el Partido Conservador.
De otra parte, con la Ley de Turismo, la Ley de Insumos Agropecuarios, la Ley de Incentivos Tributarios para las empresas que contraten población joven entre los 18 y 28 años, y la Ley de Transición y modernización del sector transportador, no solo se protegen estas actividades, sino que se abre un cúmulo de oportunidades para estimular nuevas fuentes laborales.
Nos enfrentamos también este año a una inflación de corte global y altos costos asociados a los fletes marítimos, la escasez de algunos insumos y bienes finales, por lo que resulta indispensable que las políticas públicas de reactivación protejan la producción de la industria y las manufacturas nacionales, especialmente la cadena textil-confecciones.
Con la crisis sanitaria quedaron expuestas las deficiencias y el atraso tecnológico y digital, concentradas en los sectores de justicia, educación y salud, por lo que sería prioritario avanzar en una política de digitalización para alcanzar una mayor eficiencia en las entidades del Estado como por ejemplo en los juzgados, de igual manera para que los alumnos de los colegios en los municipios tengan mejores herramientas de aprendizaje y para que los hospitales públicos puedan contar con herramientas más efectivas a la hora de realizar sus diagnósticos.
El rezago digital, no solo en el sector privado y lo que esto representa en oportunidades de negocio, sino en gran parte de los organismos estatales, es un signo de alarma y de preocupación para todos nosotros.
Los desafíos son innumerables y deben abordarse técnicamente y con la debida planeación en el tiempo. El 2022 es el año para seguir luchando contra la pobreza, el narcotráfico y la desigualdad social, es un año para seguir creciendo y mejorando como colombianos.
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